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Un estudio de la universidad de Barcelona revela que casi uno de cada dos adolescentes de entre 14 a 17 años denuncia haber sufrido relaciones o conductas sexuales forzadas. Este tipo de violencia es más prevalente en las chicas, algo más del doble, aunque ellos también la sufren y denuncian los casos más graves con penetración y sexo oral.
Son los resultados del primer estudio realizado en España con una muestra representativa del país sobre victimización sexual en la adolescencia, liderado por Noemí Pereda, directora del Grupo de Investigación en Victimización Infantil y Adolescente (GReVIA) de la Universidad de Barcelona que refleja que el 17,8 % de los jóvenes españoles asegura haber sufrido algún tipo de victimización sexual durante el último año.
La violencia sexual en los adolescentes llega en un 12,1% a través de las redes sociales: reciben fotos de sexo explícito, insultos y todo tipo de mensajes. "Siempre he recibido mensajes por Instagram de señores mayores, diciendo barbaridades y me han mandado fotos", cuenta una joven.
Es uno de los datos significativo que revela el estudio en el que la victimización sexual electrónica, conocida como grooming- es la más frecuente entre los jóvenes. Este acoso y abuso en línea lo sufren un 12,1% de los entrevistados, de los que un 5,9% son chicos y, en el caso de las chicas, se dispara hasta un 18,3%.
También hay otro tipo de violencia sexual en los adolescentes que se da a golpe de cartera: un 2,6% realizaron actos sexuales a cambio de regalos o dinero, según el estudio. "A cambio de dinero a mi nunca pero si tengo amigas que le han ofrecido dinero a cambio de una foto".
"Nos ven como un tipo de objeto, nos ven más fáciles de manipular y aprovechan", asegura que no ha vivido en carne propia la mala experiencia de que le ofrezcan dinero a cambio de favores sexuales, pero sí lo ha visto en su entorno.
Afecta sobre todo a las chicas, aunque las agresiones sexuales más graves, con penetración o sexo oral las padecen ellos. La mayoría de los agresores son compañeros o parejas de edad similar a la víctima.
La profesora Noemí Pereda ha explicado que "ha habido una negligencia social con nuestros jóvenes sobre una educacion afectivo sexual que no tienen y los riesgos que existen en las tecnologías".
Emilie Rivas, de Save the Children achaca estas conductas a que los "adolescentes usan la pornografía como un profesor", y culpa a la "falta de educación sexual y el acceso a la pornografía desde edades tempranas.
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