El 51,5% de las mujeres de entre 15 y 29 años cree que podrían llegar a sufrir violencia sexual, 28 puntos por encima del porcentaje de los hombres (23,7%). Esta es una de las conclusiones del IV Barómetro Juvenil 2023. Salud y Bienestar que analizó los comportamientos de riesgo de los y las jóvenes y en su percepción de inseguridad y concluyó que las restricciones durante la pandemia exacerbaron estas tendencias de prácticas nocivas para la salud y para la sociedad.
Tener relaciones sexuales de riesgo y participar en peleas son los comportamientos que con más frecuencia realizan los jóvenes. Un 51,1% ha tenido al menos una vez en el último medio año relaciones sexuales sin protección o con riesgo (un 19% manifiesta hacerlo de manera frecuente) y un 40,9% ha participado en alguna pelea.
Las conductas de riesgo al volante también son habituales. Así, un 21,2% de los jóvenes ha conducido tras fumar porros al menos una vez en el último medio año, mientras que un 9,1% lo ha hecho de manera recurrente. Tras consumir alcohol han conducido, al menos una vez en los últimos seis meses, un 26,6% de los jóvenes, si bien son menos (7,5%) los que lo hacen habitualmente.
La pandemia ha marcado un antes y un después en la manera en la que los jóvenes se enfrentan a determinados comportamientos de riesgo --de consumo de drogas, de conducción temeraria, relacionados con el acoso y la violencia física o ligados a la sexualidad--. Tras la pandemia, se arriesgan menos, pero admiten que les compensa más realizar determinadas prácticas a pesar de la inseguridad que perciben en ellas.
Según las conclusiones del barómetro, se observa un relativo descenso entre 2021 y 2023 en la realización de comportamientos de riesgo con alta frecuencia, siendo este último año un punto de inflexión teniendo en cuenta que no habían dejado de incrementarse desde 2017.
La participación en peleas con frecuencia pasó de un escaso 1,6% en 2017 hasta el 4,7% en 2019 y se incrementó espectacularmente en 2021, llegando al 11,1%, para reducirse ligeramente en 2023 hasta el 9,2%; la conducción bajo los efectos de las drogas se ha seguido un recorrido similar en los últimos años y en los últimos seis meses un 15,7% de los jóvenes reconoce haber conducido tras consumir cocaína, speed o pastillas y uno de cada cuatro jóvenes reconoce haberse puesto al volante de un coche tras consumir alcohol.
Las relaciones sexuales sin protección tienen una evolución más errática, descendieron en frecuencia en 2019, pero volvieron a aumentar durante la pandemia, aunque siempre han sido las prácticas de riesgo más frecuentes. Y, en la actualidad, algo más de cuatro de cada diez declaran que nunca tiene relaciones sexuales en situación de riesgo (42,9%) mientras que más de tres de cada diez indican que tienen relaciones sexuales de riesgo de vez en cuando --pocas veces o alguna vez-- (32,1%) y casi dos de cada diez reconocen que lo hacen con frecuencia --a menudo o con mucha frecuencia-- (19%).
Beatriz Martín Padura, directora general de Fad Juventud, considera que "comprender cómo las y los jóvenes se enfrentan a los comportamientos de riesgo permite identificar las estrategias más efectivas para prevenir problemas de salud y promover comportamientos saludables. Si conocemos los desafíos a los que se enfrentan y las formas en que abordan los comportamientos de riesgo, podemos diseñar programas y políticas más adecuados y adaptados a sus necesidades".
El director general de la Fundación Mutua Madrileña, Lorenzo Cooklin, considera que el barómetro "permite ver la evolución de las conductas en la juventud y detectar puntos de intervención para lograr eliminar ciertos comportamientos extendidos que puedan comprometer la salud pública".
El género y la edad tienen un impacto claro sobre el comportamiento frente a los riesgos y los hombres destacan por encima de las mujeres en todas las cuestiones estudiadas, llegando a duplicar los porcentajes. Así, jóvenes entre 15 y 19 años tienden a asumir más situaciones arriesgadas que el grupo más mayor.
Durante la pandemia, se dispararon las cifras de compensación frente a los riesgos, cifras que varían poco significativamente, salvo en el caso de las borracheras. Los datos muestran un descenso en la proporción de jóvenes a quienes les parece totalmente asumible el emborracharse sin perder el conocimiento --del 26,3% de 2021 al 17,6% actual--.
En menor proporción bajan quienes aceptan sin dudar la práctica de deportes de riesgo --24,1% al 23,4%--, fumar porros --del 16,5% al 15,8%-- o colgar fotos íntimas en redes sociales --del 10% al 7,8%--.
Y se mantienen relativamente estables otras cuestiones como conducir vehículos cuando se han consumido drogas o alcohol --7,7% al 8%--, no usar protección en las relaciones sexuales --12,5% al 12,4%--, consumo de cocaína o pastillas --6,8% al 7,9%--, meterse en peleas --8,3% al 9,3%-- o conducir a mucha velocidad --12,1% al 14,7%--.
Los autores del barómetro considera que la tendencia a poner por delante los beneficios a los riesgos de todas estas prácticas, podría ser consecuencia de las "restricciones impuestas por la situación de pandemia y la consiguiente exacerbación de la idea de disfrute máximo como modelo de vida". La excepción es la publicación de fotos íntimas en redes sociales, que es el comportamiento en el que "menos compensa arriesgarse" y va en descenso.