Ervigio Corral, director del SAMUR en el 11M, el hombre de las malas noticias: "Cada vez que me veían entraban en pánico"

Aquella mañana del 11 de marzo de hace 20 años parten de la estación de Alcalá de Henares 4 trenes, parten entre las 7:00 y las 7:15, es plena hora punta y se dirigen al corazón de Madrid. Los terroristas han depositado mochilas bomba en los trenes y varias de ellas estallan entre las 7:37 y las 7:40, explotan en Santa Eugenia, en El Pozo, en la calle Téllez y también en la estación de Atocha.

Son horas críticas donde los servicios de emergencias trabajan a contra reloj. Al frente del operativo del SAMUR aquella mañana estaba Ervigio Corral, quien ha realizado una entrevista en con Carlos Franganillo en Informativos Telecinco.

¿Cuál es la primera imagen que recuerda de aquel día?

“Puede que una de las primeras imágenes que recuerde sea la entrada en Atocha. El entrar en un lugar del que todo el mundo sale. El llegar hasta las terminales de cercanías donde hay un silencio sepulcral sólo interrumpido por algún ruido de móvil y a partir de ese momento hay que sacudirse los temas personales y trabajar”

“La verdad es que vivíamos en un contexto en el que no era infrecuente algún atentado de la banda terrorista ETA. Cuando nos dirigimos hacia Atocha y ya nos comunican la segunda explosión que fue en Santa Eugenia vimos que aquello alcanzaba una dimensión fuera de lo común

“En aquellos momentos en los que los terroristas habían dado lo peor de sí, creo que los servicios de emergencia y seguridad y los madrileños dieron lo mejor de sí”.

Puede que una de las primeras imágenes que recuerde sea la entrada en Atocha. El entrar en un lugar del que todo el mundo sale

¿Cómo enfrentarse a un escenario tan difícil?

“Tienes que clasificar en función de las heridas, aquellos con más posibilidades tienes que darle prioridad de asistencia que aquellos que tienen menos”

“Como casi siempre hacemos los que nos dedicamos a esto de la emergencia, solemos archivar, aquello es un archivo muy grande, es un archivo enorme de muchos gigas”

Tuvimos que dar como 140 malas noticias

“Tuvimos que dar como 140 malas noticias” recuerda Ervigio después de que el IFEMA se convirtiese en una Morgue.

“Fueron una a una las malas noticias, a familias de 25 o 30 personas. Decidimos hacerlo entre tres personas, siempre tres, apoyarnos entre tres. Recuerdo que era horrible el hecho de salir de la sala donde nos encontrábamos en IFEMA porque cada vez que salíamos de la sala todo el mundo entraban en pánico porque sabían que íbamos a decir un nombre. Incluso alguna vez me han dicho que recordaban mi cara cuando dormían o cuando se despertaban, porque yo les día la noticia”.

“Nosotros no tenemos derecho, pienso, ni en aquellos momentos ni en ninguno a ponernos nerviosos ni a tener estrés ni nada de eso. Los únicos que tienen derecho a sentirse con un malestar horrible y terriblemente preocupados son los heridos y los familiares”.

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