La muerte de dos guardias civiles después de que su patrullera fuera embestida este viernes por la noche en el puerto de Barbate (Cádiz) por una narcolancha ha provocado reacciones dispares que, si bien coinciden en el pésame unánime, divergen en la indignación y la respuesta por lo sucedido.
Durante este sábado, y mientras ya han sido detenidas ocho personas por los fallecimientos de Miguel Ángel y David, de 39 y 43 años, respectivamente, tanto los reyes de España como distintos dirigentes políticos se han referido a esta tragedia. Además, el consternado municipio andaluz ha decretado tres días de luto oficial.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha anunciado este sábado un incremento de medios materiales y humanos para la lucha contra el narcotráfico y ha recalcado que habrá "impunidad cero" con los responsables del asesinato de los dos guardias civiles.
Es precisamente eso, la falta de medios, el principal hándicap al que se enfrentan los agentes a la hora de combatir el narcotráfico. Cabe destacar que ambas víctimas iban en una embarcación mucho más pequeña y que la narcolancha les pasó, literalmente, por encima.
Los delincuentes emplean embarcaciones neumáticas pesadas (de unos 5.000 kilos), rígidas o semirrígidas y de alta velocidad, con esloras que suelen superar los 12 metros -incluso llegar a los 16- y con motores más potentes.
Muchas de estas narcolanchas, con cuatro propulsores, alcanzan sin problema los 110 kilómetros por hora y pueden transportar hasta tres toneladas de droga. Además, incluyen GPS, radar, radio VHF y sistemas de navegación nocturna.
En octubre de 2018, el Gobierno aprobaba un real decreto ley para intentar acabar con el medio de transporte más usado por los narcos para traer la droga desde Marruecos a tierras gaditanas. Las narcolanchas quedaban entonces prohibidas en nuestro país, pero de poco o nada ha servido.
En cambio, los agentes utilizan las zodiac, botes inflables de menor tamaño, por lo general, de entre tres y siete metros de eslora. Debido a su diseño flexible y ligero, con aproximadamente 500 kilos, son habituales para transportar personas y equipos en aguas poco profundas.
Este triste suceso se suma a otros ocurridos en los últimos años relacionados con el narcotráfico y que también han culminado con víctimas mortales.
Desde 2016, al menos 12 personas han perdido la vida en alguno de estos episodios, la mayoría acaecidos en aguas del Estrecho durante una persecución.
El suceso con más víctimas mortales fue el que tuvo lugar el 3 de noviembre de 2016, cuando cuatro supuestos miembros de una red de narcotraficantes fallecieron al colisionar la planeadora en la que viajaban con una patrullera de la Agencia Tributaria que les perseguía a 11 millas al este de Punta Europa, Algeciras.
Hasta anoche, el último siniestro en aguas del Estrecho había tenido lugar el pasado 31 de enero, cuando un hombre que viajaba en una narcolancha pereció al colisionar su embarcación con una patrullera de la Guardia Civil en la desembocadura del río Guadalquivir, en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz).
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