La mujer hallada sin vida este miércoles en el interior de su vehículo en Castro Urdiales (Cantabria) y por cuya muerte han sido detenidos sus dos hijos, de 13 y 15 años, trabajaba como celadora en el Hospital de Cruces, en Barakaldo (Vizcaya). Además, estaba muy unida a la parroquia de la localidad cántabra y era muy querida por los vecinos.
El marido de la fallecida, que no estaba a la hora del crimen, al estar trabajando en una fábrica de metalúrgica también en el País Vasco, está destrozado. Habían adoptado a los niños hace 10 años y, aunque no constaba ningún episodio violento, los vecinos dicen que las discusiones eran frecuentes.
El trágico crimen ha conmocionado a todo Castro Urdiales. En especial a la parroquia donde la mujer daba catequesis y toda la familia acudía regularmente a misa: "Silvia siempre venía con el marido y con los niños. Estamos sorprendidísimos y con mucha pena", señala una vecina. La consternación no cesa: "No tiene ningún sentido que unos hijos puedan hacer eso".
La pareja adoptó hace una década a los dos hermanos, de origen ruso, y aunque no constan problemas de violencia de los menores, como ha apuntado Susana Herrán, alcaldesa de Castro Urdiales, el hermano mayor tenía un comportamiento conflictivo desde hacía tiempo. Fuentes de la investigación lo sitúan como autor material del crimen. Al ser mayor de 14 es imputable, se enfrenta a hasta seis años de privación de libertad (por ahora se han decretado seis meses), aunque es el tramo más leve al ser menor de 16. Se tomarán en cuenta medidas tendentes a la reinserción y rehabilitación.
El menor de 13 años es inimputable por tener menos de 14 y está en un centro de menores, mientras se evalúa su situación psicosocial. Por su bienestar deben valorar si vuelve con su padre o sigue bajo atención social.
Suscríbete a las newsletters de Informativos Telecinco y te contamos las noticias en tu mail
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento