El juicio contra Dani Alves por presuntamente violar a una joven en la discoteca 'Sutton' de Barcelona la noche del 30 al 31 de diciembre de 2022 llega hoy a su fin con la declaración del futbolista. Estaban citados a declarar más de 25 testigos, incluyendo peritos o el jefe de sala, y también han pasado ante el juez la víctima, la amiga que le acompañó esa noche a la joven y el amigo de Dani Alves que estaba en la discoteca.
La sección 21 de la Audiencia Provincial de Barcelona será quien dicte la condena contra el futbolista brasileño de 40 años, quien lleva en prisión provisional desde el 20 de enero del año pasado tras haber solicitado salir en repetidas ocasiones y no poder hacerlo por los indicios recopilados por los Mossos d'Esquadra y el alto riesgo de fuga que han considerado los magistrados que se han hecho cargo de la instrucción del caso. El juicio no será a puerta cerrada, pero se protegerá la identidad de la víctima durante su declaración.
La Fiscalía Provincial pide nueve años de cárcel para el deportista de Juazeiro por un delito de agresión sexual con penetración. Además, también reclama 10 años de libertad vigilada y una indemnización de 150.000 euros para la víctima. Una cifra que quedó consignada en el juzgado. La acusación particular, ejercida por Esther García, abogada de la víctima eleva la pena de prisión solicitada a 12 años, la máxima. Mientras, la defensa del exjugador del FC Sevilla, Barça, PSG y Juventus, encabezada por la letrada Inés Guardiola, intentó hasta el último momento lograr un acuerdo de conformidad y así rebajar la pena. También preparó su estrategia de defensa sobre el relato de los hechos pero, aunque se presente el estado de embriaguez como posible atenuante, el proceso para él se presenta complicado. Más aún, tras haber ofrecido cinco versiones de los hechos. Las repasamos:
La primera versión: no conocía a la víctima
Dani Alves afirmó en su primera versión que, al llegar al baño del reservado en el que estaba junto a un amigo, se cruzó con una joven a la que no conocía de nada. Asegura que entró al servicio sin saber que estaba ocupado. La investigación avanza y se analizan las imágenes de las cámaras de seguridad del local, que muestran que sí conocía a la denunciante -que informó a los trabajadores de la discoteca de haber sido presuntamente violada y abofeteada, acudió la misma noche a un hospital, donde los médicos practicaron una exploración y encontraron lesiones compatibles con el delito juzgado, presentó una denuncia en comisaría y entregó su ropa para realizar análisis-.
La segunda versión: un simple cruce entre ambos
Ante las imágenes de las cámaras de seguridad, el futbolista cambió el relato de los hechos y dio otra versión. En esta segunda, no negó haber hablado con la víctima, pero mantuvo que no ocurrió nada entre ellos. Que él entró al baño y que hizo sus necesidades. No obstante, en este punto, los investigadores determinaron que el tiempo que el deportista estuvo dentro del baño fueron más de 15 minutos y no 47 segundos como se barajó en primera instancia. Además, el brasileño incurrió en contradicciones sobre cómo la joven pudo ver su tatuaje de una media luna que tiene en el abdomen.
La tercera versión: sexo oral consentido
Alves había asegurado que la víctima no hizo "nada" en los 15 minutos, pero volvió a cambiar su versión ante los indicios hallados. En esta tercera, dio un giro completo y dijo que la joven le practicó sexo oral, pero que fue consentido y que no lo había confesado antes para protegerse de la supuesta infidelidad a su mujer, Joana Sanz.
La cuarta versión: relaciones sexuales consentidas
Los investigadores precintaron el baño del reservado para poder tomar huellas y recopilar posibles pistas. Así encontraron restos de semen cuyas muestras coincidieron con las que entregó Alves y con otras muestras que se hallaron en el cuerpo de la víctima durante la exploración de los médicos. Acorralado, Alves recurrió a una cuarta versión y reconoció por primera vez que hubo relaciones sexuales con penetración, pero mantuvo que siempre fueron con consentimiento y dijo esta vez que no lo había contado para "proteger el honor de la víctima".
La quinta versión: no era consciente de sus actos por el alcohol
Alves, tras cambiar de abogado (decidió prescindir de los servicios de Cristóbal Martell e Inés Guardiola se hizo cargo de su defensa), planteó recientemente una quinta versión. Ahora alega que no era consciente de sus actos debido a que estaba bajo los efectos del alcohol. Para corroborarlo, presentará un ticket de consumición de bebidas alcohólicas adquirido en el local y el testimonio de su todavía esposa, Joana Sanz, a quien él asegura haber llamado en estado de embriaguez. Varios testigos afirman que el deportista aquella noche, aparentemente, no estaba en condiciones normales. Por ello, habrá que ver qué determinan los magistrados.
La víctima ha mantenido en todo momento su relato de los hechos, desde el primer momento y sin cambiar un ápice. Ella asegura que el futbolista se abalanzó sobre ella en el baño, que fue agredida con una bofetada y forzada a mantener relaciones sexuales sin consentimiento. La joven, diagnosticada con un trastorno de estrés postraumático y sin poder trabajar desde la presunta agresión sexual, declarará este mismo lunes. En su defensa declararán -desde el martes- las amigas que estuvieron con ella aquella noche, quienes afirman que Alves, que iba acompañado de un amigo, también las manoseó e intimidó. También prestarán declaración los agentes de los Mossos que atendieron a la joven y los peritos que explicarán los informes médicos que acreditan los daños físicos y psicológicos que sufrió la víctima.
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