A todos nos ha pasado eso de acostarnos con unos síntomas leves de resfriado, pero levantarnos como si nos hubiera pasado un camión por encima, con un empeoramiento generalizado de nuestra salud a distintos niveles. Lo curioso es que ese hecho no implica que estemos peor de nuestro mal, ya que se debe a una combinación de factores biológicos, fisiológicos y ambientales. Entender y conocer todos estos factores puede ayudar a plantearnos distintas estrategias más efectivas para aliviar estos síntomas y mejorar la calidad del sueño durante las noches.
Durante el sueño, hay una disminución natural en la temperatura corporal y del ritmo de la circulación sanguínea. Estos cambios pueden contribuir a intensificar la congestión nasal, el dolor de garganta y la tos, haciendo que notemos un evidente empeoramiento de los síntomas del resfriado después de cada noche.
Además del ritmo circadiano y los niveles fluctuantes de cortisol, otros componentes del sistema inmunológico también experimentan cambios durante la noche mientras dormimos. Estos cambios pueden afectar la forma en que el cuerpo responde a los virus del resfriado, posiblemente acrecentando los síntomas durante las horas nocturnas de sueño.
La calidad del aire en el espacio de dormir, más aún si tenemos en cuenta la posible presencia de alérgenos y la falta de ventilación, puede afectar la gravedad de los síntomas del resfriado. Una habitación con aire estancado y seco o con alérgenos puede agravar la congestión y la tos.
Otro factor a tener en cuenta son las actividades que realicemos antes de dormir, como la exposición a pantallas de luz azul o el consumo de ciertos alimentos y bebidas, que pueden influir en la calidad del sueño y en la percepción de los síntomas del resfriado. Es importante evitar estimulantes como la cafeína y buscar actividades relajantes antes de irnos a dormir.
Algunos estudios sugieren que ciertos alimentos y suplementos, como la vitamina C, el zinc y los probióticos, pueden ayudar a fortalecer el sistema inmunológico y con ello reducir la duración o la gravedad de los resfriados. Sin embargo, es importante consultar con un profesional de la salud antes de iniciar la toma de cualquier suplemento para asegurarnos de que estamos actuando correctamente.
Aunque el descanso es clave durante un resfriado, actividades ligeras como el yoga o los estiramientos suaves pueden mejorar la circulación y ayudar a aliviar la congestión. También se puede recurrir a técnicas de relajación como la meditación o la respiración profunda, que pueden ser beneficiosas para disfrutar de un sueño verdaderamente reparador.
Aún así, si los síntomas del resfriado persisten o empeoran significativamente por la noche, es importante consultar a un profesional de la salud, ya que podría haber otras condiciones subyacentes, como alergias o asma, que requieran tratamiento específico.
En conclusión, los síntomas del resfriado tienden a empeorar por la noche debido a una variedad de factores biológicos, fisiológicos y ambientales. Comprender estos factores y adoptar medidas para aliviar los síntomas puede mejorar significativamente la calidad del sueño y el bienestar general durante un resfriado.