Cruz Roja renuncia a asistir a los inmigrantes que hay en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas por la sobreocupación de las salas de asilo. Se ven sometidos por el caos y consideran que las condiciones allí son infrahumanas. Hasta ahora, Cruz Roja se encargaba de acompañarles a su llegada y ofrecerles asistencia.
Lo que está ocurriendo en esas salas de asilo, ese colapso que se ha ido agravando en los últimos días, tiene algunas explicaciones. En parte, el caos se ha producido por una nueva vía de inmigración irregular, que está afectando al aeropuerto madrileño. Malena Guerra explica en Informativos Telecinco las claves de la situación actual.
La nueva vía de inmigración irregular afecta al Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. Son vuelos que salen de países africanos como Senegal o como Marruecos que hacen tránsito en Madrid para viajar a Latinoamérica, donde no les exigen visado. Por eso cogen esa vía. Pero cuando llegan a Barajas, lo que hacen es bajarse del avión, romper el pasaporte y pedir protección internacional.
Hay países europeos que están cortando ese flujo pidiendo visados de tránsito. De hecho, España se está planteando aumentar el visado de tránsito a más países, que es lo que han hecho en Kenia (que entró en vigor el sábado).
La situación en Barajas es preocupante. Hay unas 370 personas. Muchos se preguntan cuántas personas han entrado en las últimas semanas y por qué recurren a esa vía. En total, desde diciembre, unas 1.000 personas han pedido protección internacional en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. Las salas, como comprueban las imágenes publicadas, son inadecuadas y no hay condiciones suficientes.
Lo que ocurre es que se ha intentado enviarles a un centro de internamiento para inmigrantes, pero un juez no lo ha autorizado porque, en realidad, ellos no están ilegalmente en España todavía. Están en tránsito, están 'en tierra de nadie'. No se sabe lo que pagan los inmigrantes, pero el billete desde puntos como Dakar, Casablanca o Nairobi hasta Latinoamérica (haciendo escala) es de 1.500 euros. Son 10 veces menos de lo que pagan por un viaje en cayuco en el que además arriesgan la vida y muchos la pierden. La Policía está intensificando su interés en Casablanca, un punto caliente desde el que parten muchos inmigrantes que eligen esta ruta.
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