Con la llegada del frío, cambia por completo nuestra manera de vestir. Guardamos las prendas ligeras y nos prepararemos para plantarle cara a las bajas temperaturas con abrigos, bufandas y guantes. También cambiamos algunas rutinas para evitar que nuestros hogares se queden fríos.
Escogemos mantas más gruesas para taparnos en el sofá, recuperamos los pijamas de invierno e incluso sacamos las sábanas de franela o las bolsas de agua caliente. Prestamos atención a los pequeños detalles, evitando que las tuberías se congelen en las noches más frías.
Igual que cuidamos estos aspectos, también conviene prestar más atención a los vehículos, porque el frío nos afecta a todos, también a ellos, y hay ciertos elementos del coche que sufren más con la llegada del frío y que merece la pena conocer para asegurarnos de que todo está en perfectas condiciones y la conducción es segura.
No solo las bajas temperaturas influyen negativamente en nuestro vehículo, también otros factores que suelen venir asociados, como la lluvia, el viento o el hielo. Estos son los elementos que más sufren las consecuencias de las bajas temperaturas:
A la hora de enfrentarnos a las bajas temperaturas, lo mejor, igual que sucede con los seres vivos, es tener un lugar en el que refugiarse, es decir, es preferible aparcar el coche en un garaje o similar. Si no es posible y no queda más remedio que dejarlo aparcado en la calle, se pueden emplear protectores para cubrirlo o armarse de paciencia y tener en cuenta que puede que cueste un poco comenzar el día por la mañana.
Es importante emplear productos específicos para el frío, pero también para el vehículo, porque de lo contrario corremos el riesgo de que se estropee o de rayarlo, por ejemplo, si empleamos sal para intentar descongelar el cristal. En este caso, lo mejor es evitar que los limpiaparabrisas queden en contacto con el cristal por la noche y emplear los productos recomendados por los especialistas.