En un mundo lleno de estímulos, la concentración y el desarrollo personal se encuentran en continúa búsqueda. Precisamente, los psicólogos, profesores y especialistas han apuntado y recalcado que esta concentración es básica en edades tempranas. Básica para el desarrollo intelectual del niño y básica para poder potenciar las capacidades de cada menor de edad.
Por eso, algunos colegios han querido ir tomando la delantera e instalar en su modelo educativo la práctica sensorial. Esta nueva forma de educar a los niños consiste en potenciar sus sentidos y concentración a través de actividades diarias que se llevan a cabo en aulas especializadas. Aulas o clases que están adecuadas y diseñadas para que los alumnos puedan concentrarse y huir de ese ruido cotidiano que nos persigue día a día.
Precisamente, el colegio malagueño Sagrada Familia El Monte FESD ha puesto en marcha la llamada "Aula Nupa". Esta clase es un pequeño recinto situado cerca de las aulas de infantil en la que los alumnos más pequeños encuentran un novedoso espacio de relajación y estimulación sensorial que tiene entre sus beneficios un aumento de la concentración.
Desde el centro educativo explican al medio de comunicación 'La Opinión de Málaga' que los alumnos acuden en grupos pequeños y reducidos durante 20 minutos a esta clase que está diseñada y llena de columnas de burbujas, texturas y olores en la que los alumnos de Infantil exploran y sienten una mayor concentración.
"La primera vez que entraron no gritaron ni nada. Empezaron a experimentar en cada uno de los rincones, con calma. Y la clave es cómo salen. Hiperrelajados", explica Eva Jiménez, directora de Infantil y Primaria del colegio malagueño El Monte FESD, en su conversación con el periódico 'La Opinión de Málaga'.
Desde el centro se introduce a los alumnos en esta aula descalzados y explicándoles que están adentrándose en el mundo donde vive Fesdi, la mascota asociada a los proyectos de comprensión de Educación Infantil de la Fundación Santo Domingo. Para ellos, esto es un aliciente que les hace desarrollar su concentración, su motivación y tranquilizarlos en esta jornada de 20 minutos en la que salen con más tranquilidad y no tan sobreestimulados.
Los avances y el desarrollo que se ha observado en los pequeños que acuden a este tipo de aulas es un mayor aprendizaje a nivel psicomotriz e intelectual, según avanza la Fundación Santo Domingo que es la encargada de expandir estas aulas sensoriales entre los colegios.
Además, con estas visitas a este tipo de aulas sensoriales los profesores y docentes pueden identificar mucho antes algunos problemas en los más pequeños como dificultad en el lenguaje o alguna necesidad especial como puede ser un TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad).
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