Un nuevo caso de agresión sexual se ha registrado en Palma de Mallorca. Una paciente, mujer, acudió a los servicios de urgencias de su centro de salud correspondiente, donde fue atendida por un sanitario de 66 años que, de forma indebida, comenzó a piropear su aspecto físico. En un principio, la paciente no le dio demasiada importancia, preocupada por su estado de salud, aquejado de la enfermedad. Sin embargo, todo cambió cuando el médico le pidió que se tumbara en la camilla para hacerle una revisión.
Fue entonces cuando le levantó la ropa y comenzó a palparle la barriga, sin que esto tuviera nada que ver con los dolores de los que ella se quejaba. La persona que acompañaba a esta paciente fue testigo presencial de cómo, cuando ella estaba inclinada sobre la mesa para ver el informe que le mostraba el doctor, el acusado se abalanzó sobre ella y "le comenzó a tocar los pechos".
La víctima se dirigió inmediatamente a una comisaría de policía, donde los agentes analizaron los hechos, tomaron declaración a todas la partes implicadas y se procedió a la detención del sanitario. La policía local no tardó en descubrir que se trata de una persona con antecedentes por hechos similares con otra mujer, que no guarda relación personal alguna con esta segunda víctima.
Algunas voces se han mostrado muy críticas en Instagram con el tratamiento que se le ha dado en los medios locales de Baleares a esta noticia. La activista y feminista Carla Galeote ha corregido algunos titulares que hablan de los "piropos" y "tocamientos" inapropiados y - huelga decir- que no no consentidos, sin calificarlos expresamente como una "agresión sexual" a una paciente. Una vez más, la importancia de llamar a las agresiones por su nombre ayuda a no minimizar los hechos narrados por la denunciante.