Poder emanciparse y salir de casa de los padres se ha convertido para muchos jóvenes, –y ya no tan jóvenes–, en toda una odisea en estos tiempos. Los desorbitados precios del alquiler y de la compra de vivienda, la flagrante pérdida de poder adquisitivo, con una inflación que no ha dejado de mermar igualmente las esperanzas, han terminado por acentuar la gravedad de una situación que exige respuestas y soluciones.
Estadísticamente, según un estudio de Esade y Friedrich Naumann Foundation, son al menos un 26,5% de los españoles de entre 30 y 34 años los que aún viven en casa de sus padres; un 3,5 más que sus homólogos en Portugal, país en el que por otro lado el salario medio es inferior, pero donde la cifra se reduce al 23%.
Concretamente, el estudio, que actualiza y expande investigaciones anteriores, incorpora datos de una nueva encuesta multipaís que abarca a jóvenes de entre 18 y 34 años de España, Italia, Portugal, Líbano, Marruecos, Túnez y Jordania.
El universo muestral contenido en la misma son todas las personas en esa franja etaria que residan en alguno de los países referidos, mientras el tamaño de la muestra acumula 9.633 observaciones, correspondientes a 1.526 para España, 1.530 para Italia, 1.532 para Portugal, 1.540 para Marruecos, 1.505 para el Líbano, 1.000 para Túnez y 1.000 para Jordania.
De ella se desprende que en España la mayoría de jóvenes pasa a estar independizada a los 28 años, pero se destaca que la falta de ingresos es un factor de importancia alta o muy alta para no emanciparse, según el 66% de los jóvenes españoles, el 62% de los portugueses y el 61% e los italianos, cifra que baja al 40% para Túnez o Líbano y al 30% para Marruecos.
Por su parte, en todos los países analizados, menos de la mitad de los jóvenes considera que puede cubrir bien sus gastos básicos: del 42% en España al 25% de Líbano. Además, entre el 48% (España) y el 70% (Túnez) de los jóvenes considera que no tiene capacidad de ahorro a largo plazo.
En este sentido, en nuestro país sólo el 30% de los jóvenes se considera capaz de afrontar emergencias económicas, mientras que el 40% enfrenta dificultades para ahorrar a corto plazo.
Atendiendo a los datos específicos sobre la vivienda, la investigación revela que el alquiler es la forma más frecuente de vivienda en la mayoría de los países: alrededor del 31% (España) y hasta el 36,5% (Líbano).
En el otro lado, de los jóvenes que sí tienen vivienda en propiedad, casi todos la consiguieron con ayuda de algún familiar, con la media alrededor del 65% en España y Marruecos. España tiene la edad de compra de vivienda más alta de los países considerados 25,3 años; y Túnez, la más baja (23,7).
Sobre ello, el estudio apunta a una conclusión igualmente significativa: la falta de capacidad de ahorros parece vincular la no emancipación con la incapacidad para la compra de vivienda, especialmente en los países europeos: alrededor de 6 de cada 10 jóvenes no independizados en España, Italia o Portugal le da a este factor una importancia alta o muy alta para permanecer en la residencia familiar.
Por último, el estudio apunta que el 42% de los encuestados españoles evalúan el futuro de su país a 20 años como de declive, cifra que asciende al 48% en Portugal y al 47% en Italia.
Más allá, en cuanto a la proporción de jóvenes que esperan progreso para su país a 20 años, en España solo un 25,2% lo espera, 21,8% en Portugal y apenas un 20,7% en Italia.
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