20m2 por 40.000 euros en Barcelona: la venta de habitaciones, una nueva alternativa que no contempla la ley de vivienda

  • Oriol Valls es el creador de la 'startup' española que permite comprar una estancia de un piso, una práctica que la ley de vivienda no prohíbe explícitamente

  • Este modelo de negocio "aumenta" la desigualdad entre barrios y "no garantiza el derecho a la vivienda", según Carme Trilla, economista y presidenta de la Fundación Hábitat 3

  • La nueva ley del alquiler: preguntas y respuestas

"Los jóvenes están tirando el dinero a la basura en un alquiler. Hay una alternativa que es la compra de una habitación". Oriol Valls es el creador de habitación.com, la primera empresa emergente española que permite comprar una estancia de un piso. Un "ahorro colosal" para los propietarios, respecto al mercado del alquiler, al obtener una financiación que rondaría el mismo precio que pagarían en una vivienda compartida.

Esta inversión estaría en torno a los 15.000 euros en Elche, mientras que en ciudades como Barcelona o Madrid ascendería hasta los 30.000-40.000 euros. "Si un joven está pagando 400 euros al mes por una habitación, a partir de ahora puede pagar lo mismo por un activo que es suyo y que amortiza", defiende Valls. 

El modelo de negocio permite a los propietarios sacar una renta mensual al realquilarlo. O venderlo en un futuro para "recuperar todo el ahorro" de la habitación. "Ayuda a pagar la entrada de una primera vivienda", destaca Oriol sobre un producto que para los administradores de fincas y entidades en defensa del derecho a la vivienda fomenta la infravivienda y la especulación.

El portal de Oriol Valls se encarga de la selección de inquilinos, seguros, contratos o poner a la venta el cuarto para recuperar la inversión, que consigue rentabilidades anuales del 6-8%, dice. "No vendemos zulos. Son habitaciones premium. Tienen 15-20 metros cuadrados. Es como una suite de hotel, con el suelo laminado, cama doble con sofá, televisor, escritorio, nevera y microondas".

Un espacio que dependiendo del lugar puede tener baño compartido o privado y que incluye zonas comunes como la cocina, el pasillo y la terraza. "No es una moda más, es una necesidad económica. O existen innovaciones o los jóvenes no podrán acceder a la vivienda una vez entren al mercado laboral", culmina el cofundador de 'habitación.com', sobre un modelo pionero en España en el que la ley de vivienda actual no prohíbe explícitamente la compra de habitaciones. "No regula los alquileres habitacionales, pero nosotros no alquilamos, vendemos".

Campo abierto sin leyes 

Sin embargo, esta vía "no garantiza" el derecho a la vivienda, según Carme Trilla, economista y presidenta de la Fundación Hábitat 3, gestora de Vivienda Social del Tercer Sector Social de Cataluña. "Siempre ha existido alguien que alquila una habitación para ayudar a pagar su alquiler o hipoteca. Es un fenómeno tradicional. Ahora está la tendencia de aprovechar al máximo las viviendas, alquilando todos los rincones posibles. El propietario saca mucho mayor rendimiento que alquilándolas a un hogar siguiendo la Ley de Arrendamientos Urbanos".

De momento, la ley no tiene encaje para este tipo de negocio. "La Ley 12/2023, que incorporó el Estado hace meses, habla del alquiler de temporada, pero no de habitaciones. Esto exige reflexionar y rápido de qué se puede hacer", reconoce la economista sobre un fenómeno que "aumenta todavía más" la desigualdad entre barrios.

"En Barcelona hay diferentes niveles de renta. El coste de la vivienda podría ser un elemento que redujese la desigualdad, pero si en los lugares con rentas más bajas el precio es más alto, queda todavía peor la capacidad de pago de estas familias. Polariza la desigualdad en la ciudad". Por ello, la presidenta de Hábitat 3 destaca la posibilidad de equiparar estas habitaciones al alquiler turístico para así exigir licencias.

"Hace falta una licencia como cualquier otra actividad económica. La necesidad de regularlo permite poner condiciones de calidad y de habitabilidad". Un campo abierto sin leyes que es "terrible" para la política de viviendas.

Esta fórmula es legal en el caso de que el local consiga la cédula de habitabilidad y las obligaciones del catastro y fiscales. "Lo que pasa es que estos espacios se reforman sin tener cédula y fuera de la ley para alquilarlos", afirma el abogado Pablo de Palacio.

El producto añade más presión al mercado del alquiler, tanto de larga duración como de habitaciones compartidas. "La gravedad es que los pisos compartidos es la única solución para personas en situación más desfavorable económicamente y para que los jóvenes se puedan emancipar", detalla Ferran Font, Director de Estudios de ‘pisos.com', quien reconoce la dificultad de hacer un pronóstico de la evolución de este nuevo mercado.