Miguel, el hombre de 78 años que confesó haber asesinado a Buran, una mujer iraní de 64 años que residía en Jerez de la Frontera, vivía en su domicilio con una muñeca sexual hiperrealista.
Cuando las autoridades entraron en su domicilio para detenerle, el hombre aseguró que había "alguien" en su cama. Tras unos primeros momentos de tensión, las autoridades descubrieron que se trataba de una muñeca sexual "hiperrealista", según recoge Caso Abierto.
El asesino confeso de Buran vivía con la muñeca, la que habría presentado incluso a algunos vecinos del edificio. En su domicilio, además de la muñeca, el hombre guardaba zapatos de mujer. Pese a no mostrar ningún tipo de compasión después de haber confesado el crimen de Buran, el jubilado sí que expresó su atención por la muñeca. Antes de irse detenido, pidió a las autoridades que "cuidasen" de la muñeca sexual.
Antes de llegar en Jerez, el detenido había pasado 22 años en la cárcel por matar a un vecino en Almería y por intentar acabar dos veces con la vida de su exmujer, por lo que era un hombre reincidente.
El cuerpo de Buran fue hallado a gran profundidad en un pozo agrícola del paraje conocido como Cortijo de Ducha, en una zona rural de Jerez de la Frontera, gracias a un amplio dispositivo policial en el que participaron especialistas de la Unidad de Subsuelo, Policía Científica y Unidad de Medios Aéreos. El cadáver de Buran estaba desmembrado, en bolsas y oculto en el fondo bajo montones de escombros.
La víctima, que se encontró a finales del mes de agosto, estaba siendo buscada por la Policía desde el 6 de julio, cuando fue vista por última vez en el albergue municipal de esta ciudad, en el que residía.