Conmoción, en Navarra, tras el dramático hallazgo de los cuerpos de un padre y su hijo, de 7 años, en la Sierra de Urbasa. Todo parece indicar que se trata de un nuevo caso de violencia vicaria. El padre habría matado a su hijo tirándose con él al vacío. La autopsia descarta la asfixia o estrangulamiento previo del menor.
Los cuerpos de padre e hijo fueron localizados desde un helicóptero. Estaban al final de un precipicio de 200 metros de difícil acceso. Los bomberos que trabajaron en la recuperación de los cuerpos no podían ni hablar.
La autopsia preliminar hecha en el Instituto Navarro de Medicina Legal y Ciencias Forenses indican que Txetxo Apestegui Fernández, de 54 años, se arrojó al vacío abrazando a su hijo Mateo, de 7.
El trabajo de los forenses ha descartado que el niño muriese por asfixia o por estrangulamiento. Tampoco han hallado restos de sustancias tóxicas en ninguno de los cadáveres.
Los cuerpos presentaban traumatismos compatibles con la caída, desde 200 metros de altura. El cadáver del niño mostraba menos lesiones, lo que indicaría que su caída habría sido amortiguada, posiblemente al ser envuelto por el cuerpo de su padre, según fuentes de la investigación.
Los agentes de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial (UOPJ) de la Guardia Civil de Navarra tratan de reconstruir todos los pasos previos que dieron padre e hijo antes de morir.
Fue un familiar quien encontró la furgoneta del padre con las puertas abiertas y las llaves puestas. Dentro estaban los abrigos de padre e hijo, y el vehículo se encontraba justo en las inmediaciones del Balcón de Pilatos.
Poco después desde un helicóptero de la Guardia Civil divisaron los cuerpos de los dos.
La madre denunció la desaparición del niño cuando supo que su exmarido no le había llevado al colegio el lunes por la mañana. La pareja estaba separada desde hace dos años y medio. El caso está bajo secreto de sumario.
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