La Guardia Civil ha trabajado en la zona en la que murió Arancha a manos de una jauría de perros intensamente. Además de tomar muestras de los dientes de los animales –uno permanece desaparecido-, han podido cerciorarse de que la mujer murió a 50 metros del cercado eléctrico.
Arancha estaba hablando con su madre por teléfono cuando se vio sorprendida por los perros. “¡Me atacan unos perros!”, fue lo último que alcanzó a decir.
La Guardia Civil ha analizado el lugar del ataque. Han tomado muestras y recogido restos de ropa, además de medir la distancia entre el vallado y el lugar donde fue hallada la chica, ya sin vida, según informa La Opinión de Zamora.
Los agentes han secuenciado la actuación de la jauría, la reacción de la mujer cuando se vio acorralada y el lugar en el que cayó al suelo.
Arancha solía ir a pasear sola y ese día lo hizo por un camino cerca de vallado móvil que usaba el ganadero para dar de pastar a sus animales. Según fuentes de la investigación, los perros que atacaron estaban solos, sin la vigilancia del pastor, algo que prohíbe la ley.
El ganadero se ha negado a declarar ante la Guardia Civil. Está en libertad provisional a la espera que el juzgado decrete otra fecha. Mientras ha vuelto al trabajo en su finca.
Los resultados de la autopsia del cadáver de Arancha serán clave. Los agentes podrán averiguar si la joven tuvo ocasión de intentar defenderse. Además, este martes los investigadores tomaron muestras dentales de los animales atacó mortalmente a la mujer. Además, hay un perro desaparecido, que el Seprona está intentando localizar.