La OCU ha pedido al Ministerio de Consumo que controle, investigue y sancione la compra automatizada de entradas por dejar a los usuarios en desventaja al tener que hacer largas colas de espera virtuales y acabar adquiriendo los tickets en webs de reventa. Y es que comprar tickets online, sobre todo para los conciertos como el de Taylor Swift, donde las entradas llegaron hasta los 6.000 euros, puede convertirse en una tarea imposible.
Un estudio realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios ha demostrado la existencia de una serie de problemas e irregularidades que se convierten en todo un obstáculo para el proceso de compra. Así, exigen una mayor transparencia en el proceso de venta para que se informe de la redirección a plataformas de reventa, ya que el usuario tiene que conocer la entidad con la que adquiere la entrada, a quién tiene que reclamar y cuál es el precio final con los gastos incluidos.
La OCU exige respeto al principio de minimización de datos, que consiste en solicitar solo aquellos que sean necesarios para el servicio que se va a ofrecer, ya que considera que se piden una cantidad indiscriminada de datos. La organización lleva pidiendo, durante años, una normativa específica para la reventa de entradas por Internet que licite la validez de entradas, identifique al comprador, limite el precio máximo de reventa (también al 20%) y evite el desvió de miles de entradas de las webs oficiales al mercado de reventa.
En cuanto al cobro de los gastos de gestión, la organización lo tiene claro. Los tiene que asumir la promotora, ya que el consumidor es el que se autogestiona la compra al acceder por sus propios medios a la web, introducir los datos personales y de sus acompañantes, meter el número de entradas, realizar el pago y descargar la entrada.
La Organización de Consumidores y Usuarios ha señalado que la venta de entradas para conciertos, festivales y partidos es un proceso complicado. Primero, los usuarios se apuntan en una lista de espera mucho antes de que salgan a la venta. Después, esperan hasta la fecha para comprarla pero comprueban que la cola no avanza. Y si tienen suerte, su posición les permite comprar la entrada antes de que se agoten rápidamente. “Las sospechas recaen en la compra automatizada a través de bots que ciertas empresas podrían estar utilizando con fines especulativos para hacer negocio”, concluye la OCU.
Por ello, comparten una serie de consejos para que los usuarios no acaben siendo víctimas de las estafas. Acudir a la web oficial del artista o del espectáculo. Vigilar las páginas a las que te redirigen porque muchas veces son portales reventa. Tener cuidado con las páginas de reventa de entradas. Y denunciar si se acaba siendo víctima de un abuso para que te puedan asesorar.