Los casos de agresiones, violencia sexual y palizas grabadas entre menores se han convertido en una alarma social permanente. La sociedad asiste atónita ante la falta de empatía y los actos cometidos por menores. El descontrol en el uso constante del móvil, que muchos colegios empiezan a prohibir y que tres comunidades ya han vetado en clase, el acceso al porno a una edad tan temprana como los 9 años, las nuevas tecnologías y sus riesgos, están en la base de esta forma de actuar, según los expertos.
Enric Valls, Psicólogo experto en Salud y Educación considera en declaraciones a Informativos Telecinco que este tipo de delitos se ve cada vez se ven más por la normalización de la violencia. Incluso en los más jóvenes también se premia la grabación y la subida de las imágenes. Eso aumenta y hace que si no ven consecuencias se vuelven a repetir cada vez más". En este sentido, cree que "tiene que haber más consecuencias legales y sociales".
Otro elemento que influye en la normalización de la violencia, además de la pornografía, "es la falta de límites y de consecuencias y la protección de los menores bajo cualquier tipo de situación". Por eso la clave es "invertir en prevención, denunciar este tipo de situaciones cuando podemos ver las primeras señales e implicar a toda la sociedad", señala el experto. En eso comparte la opinión de la magistrada Amparo Salom que considera que "un programa de reeducación es esencial aunque haya poca reincidencia".
La magistrada Amparo Salom constata que sus compañeros "están desbordados por el número de denuncias" y alerta de que "existe una cultura de normalización de ciertas conductas por culpa del inicio temprano al porno y las canciones que escuchan". Y tambien pone el foco sobre el papel de los padres. "Ellos tienen la certeza de que son menores y no se les puede hacer nada, y los padres sobre protegen a los hijos hasta el punto de creer que pueden hacer cualquier cosa".- El hecho de que los menores también actúen ya en manada redunda en la sensación de impunidad.
El Parlamento andaluz ha creado un grupo especial de trabajo a raíz de un informe que se hizo tras unas jornadas del Consejo Audiovisual de Andalucía, en las que diferentes expertos trataron la nueva problemática surgida por la facilidad de los menores de acceder a la pornografía desde edades muy tempranas: empiezan con ocho años y ya a los catorce es una práctica normalizada.
El informe destaca que existen dificultades en el control por dos motivos: primero, porque los progenitores no son conscientes de lo que ven sus hijos en el móvil, acceden a contenidos que no son propios de su edad con muchísima facilidad y sin ningún control de edad, y segundo, que ese impacto de lo que ven está provocando que los jóvenes practiquen situaciones que no son acordes a la edad que tienen.
Los expertos consideran en este sentido que los menores repiten lo que ven en esos contenidos audiovisuales, a los que acceden a una edad muy temprana, y eso no les permite distinguir la realidad de la ficción, por lo que "ahí es donde está el problema". Los psicólogos ya hablan del incremento de la violencia en menores debido a la visualización de estos contenidos.