¿Por qué a veces te quedas con la mente en blanco?
Esa incómoda sensación de quedarnos en blanco puede pasarle a cualquiera
Se trata de una respuesta a situaciones estresantes, fatiga o razones emocionales
Descubren el punto concreto donde se 'funden' el cuerpo y la mente
Todos hemos sentido alguna vez esa incómoda sensación de quedarnos en blanco. Puede que sea haciendo un examen, en una entrevista de trabajo o simplemente hablando entre amigos de un tema concreto. Es casi como si nuestro cerebro sufriera un pequeño cortocircuito y se desconectara durante unos segundos antes de desbloquearse y continuar.
Este es un problema que puede pasarle a cualquiera, y no se limita únicamente a los que sufren de ansiedad u otras patologías. Puede ir de evitar que recordemos palabras concretas a hacer que nuestra concentración desaparezca por completo o que simplemente perdamos el hilo de lo que estábamos diciendo. Se trata de una reacción de nuestro cerebro cuando está bajo presión y, básicamente, ocurre cuando la ansiedad interfiere con nuestra memoria, afectando al rendimiento en la tarea que estemos desarrollando.
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Por lo general se trata de una respuesta a situaciones estresantes, fatiga o razones emocionales, que implican la liberación de hormonas como el cortisol. Estas invaden el cortex pre-frontal y el hipocampo, interrumpiendo la actividad neuronal y los patrones de funcionamiento de nuestro cerebro, haciendo que nos sea más complicado recordar detalles, palabras, etc. Por supuesto, hay casos en los que este problema aparece por lesiones en el cerebro, pero en estas ocasiones los lapsos mentales serán más frecuentes, por lo que es aconsejable acudir a un profesional si consideramos que es nuestro caso.
Qué significa que la mente en blanco
Actualmente no se trata de una respuesta que sea útil al ser humano actual, ya que según los expertos se trata de la forma en que el cerebro ‘apaga’ los sistemas innecesarios para cuando necesitamos reaccionar de forma inmediata y no pensar. Es decir, era la manera en que nuestros ancestros entraban en modo ‘pelea por tu vida’, centrándose solo en la acción directa, y no en la evaluación de las distintas opciones ante ellos.
Según los autores de un estudio científico publicado en la revista Science, esta sensación “agudiza nuestros sentidos, crea un estado de excitación temerosa y fortalece nuestros recuerdos de experiencias estresantes, a la vez que perjudica a nuestra capacidad de deliberación lenta”. En resumidas cuentas, que son nuestros instintos más básicos los que toman el volante para que podamos seguir con vida. Eso a nuestros ancestros les sería de mucha ayuda, pero hoy en día no lo es tanto.
Cómo evitar la mente en blanco
Hay unas cuantas formas de estar preparado, además de existir maneras para intentar salir de estos vacíos mentales que llegan en los momentos más inoportunos
- Estar tan preparado como sea posible. Esto reduce la ansiedad y deja menos a la improvisación. Por ejemplo imagina las preguntas de una entrevista de trabajo de antemano, ensaya tus discursos, memoriza los pasos a seguir en un determinado proceso… Esta técnica es la que se usa con el entrenamiento militar, para hacer que los soldados se mantengan centrados hasta en situaciones de combate.
- Si estás en desarrollando una actividad, retoma el punto anterior y sigue los mismos pasos que estabas siguiendo para que tu cerebro reconecte con lo que viene después. Por supuesto, si tienes ante ti un guion te será mucho más fácil recordar que es lo que toca cuando, por ejemplo, damos un discurso.
- Reconecta tu cerebro tan rápido como puedas. Cuanto más se mantenga el blanco, más difícil será salir de él. Técnicas como el grounding sugieren que miremos y nombremos objetos que nos rodean, lo que en teoría devolvería nuestra mente a su estado normal.
- Evita la ansiedad con técnicas de relajación. Si pensar en una actividad te pone tenso, es más fácil que tengas estos vacíos. Haz ejercicios de respiración, meditación, escucha música… Lo que sea que te calme mejor.
En cualquier caso, si sufres un vacío mental, no te preocupes, todos los seres humanos tenemos esa sensación de vez en cuando. Solo hay que saber como salir de ella lo antes posible.