El padre Fran, el sacerdote encarcelado en Málaga por abusar sexualmente de al menos cuatro mujeres, es descrito por sus conocidos como "muy juerguista, afable y autoritario”, una persona a la que no le importa “echar la bronca” a mujeres de su entorno familiar, entre ellas, su madre si llevaba una falda corta o mucho escote. Las primeras investigaciones de las autoridades muestran que se podría tratar de un depredador sexual.
"Le gustaba compaginar su vida social con una cerveza o una copa, pero solo se quedaba si a él le apetecía. Donde no quería estar no lo estaba y se iba inmediatamente. Compromiso con las cosas o la gente lo justo, solo cuando él quería", según las declaraciones de un feligrés de uno de los municipios donde el padre Fran- que condenó la pederastia en la Iglesia- estuvo destinado.
La investigación se inició el pasado mes de agosto gracias a la denuncia de una mujer en la Unidad de Familia y Atención a la Mujer de Melilla que había localizado en el domicilio que compartía con su pareja sentimental un disco duro que contenía fotografías y vídeos donde aparecían varias mujeres semidesnudas, dormidas o bajo los efectos de algún sedante.
Tal y como ha declarado el feligrés, el sacerdote puso en evidencia a su propia madre en una de las primeras misas que ofició en Málaga por no llevar la ropa apropiada. “Se quedó muy cortada, con un punto de sumisión y no quiso defenderse”, explicó.
En cuanto a sus misas, "no tenía buena retórica, se notaba que se preparaba mucho las homilías, aunque no eran espectaculares", ha añadido este feligrés, que considera que el sacerdote tenía una voz "horrible, muy aguda".
"Siempre estaba rodeado de gente, incluso con personas que no tenían ninguna vinculación con la Iglesia", afirmó el feligrés tras destacar lo extraño que le parecía algunas de sus amistades. "La amistad que tuvo con un matrimonio que para nada eran religiosos, no tenían ninguna vinculación con pastorales ni cofradías, pero se fue hasta de viaje con ellos", añadió.
En su etapa como vicario en Álora (Málaga), fue muy comentado su decisión de marcharse a estudiar un máster eclesiástico. "Tenía un futuro prometedor en la carrera eclesiástica, aunque luego extrañó mucho que lo trasladaran a Melilla", ha dicho un vecino tras conocer la noticia de su detención.
El arresto del padre Fran ha causado conmoción entre sus compañeros, e incluso, uno de ellos ha confesado que lo están pasando mal. "Nos ha engañado a todos, parecía encantador, campechano, honesto, con mucha vocación". El padre Fran, de 34 años y natural de Vélez-Málaga, fue ordenado sacerdote en 2017 y había ejercido como párroco en municipios como Álora, Ardales y Carratraca, en Málaga, y, más recientemente, en Melilla.
Antes de ser detenido estaba como párroco sustituto en las iglesias de Nuestra Señora de la Encarnación, en la localidad malagueña de Yunquera, y Santa María de la Encarnación, en El Burgo (Málaga). Aunque no era fecha de cambio ni traslado de sacerdotes, a los vecinos no les extrañó este cambio porque el anterior párroco había tenido problemas de salud, comenta uno de ellos.
Los ayuntamientos de Yunquera y El Burgo han pedido explicaciones al Obispado sobre por qué fue trasladado desde Melilla a sus municipios y han subrayado que están “muy atentos” por si hubiese alguna víctima en dichas localidades.
La Policía continúa examinando todo el material incautado en su actual domicilio de Vélez-Málaga y los agentes no descartan que haya más víctimas en Melilla, Málaga o Córdoba, lugares en los que el arrestado había residido.