La muerte de la periodista María Teresa Campos nos deja un gran vacío difícil de sobrellevar. Con su desaparición del panorama televisivo español se va una trabajadora incansable, una comunicadora que marcó el camino de muchas mujeres. Ella fue la primera mujer en dirigir unos informativos y entre sus virtudes más destacables estaba su capacidad para hablar claro y con absoluta sinceridad, algo que demostró día a día a su fiel audiencia en Telecinco.
Esa facilidad para conectar con su audiencia se basaba mucho en su sinceridad para conectar su pasado con su presente. María Teresa Campos volvía mucho a su infancia y adolescencia para explicar cómo había llegado hasta el éxito.
Un día contaba que cuando era niña siempre le gustaba leer en alto y llegó a pagar a su prima para que le permitiera leerle los tebeos. Su historia explica el nacimiento en ella su vocación periodística y su amor por la comunicación.
Ella era consciente que si era difícil llegar hasta donde ella llegó, lo era mucho más mantenerse en la cúspide del éxito, algo que lo que se afianzó durante décadas, de forma que se estableció un tándem perfecto entre la televisión y María Teresa Campos.