Uno de los mayores peligros a los que nos enfrentamos en verano es a la acción directa del sol, ya que entre los meses de junio y agosto los rayos del sol inciden con un ángulo más perpendicular sobre la superficie terrestre en el hemisferio norte. Esto implica que haga más calor y, por lo tanto, que nos debamos proteger mejor de las posibles quemaduras. Y es que, quien más y quien menos ha vuelto algún día de playa o piscina con alguna zona enrojecida por no haber aplicado la crema solar adecuada.
Es entonces cuando se suele decir “me he quemado”, aunque una quemadura o eritema solar suele ser más lesiva. De hecho, tal y como apuntan Paola González y Augusto González Borrego, miembros del grupo de Dermatología de SEFAC (Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria), los eritemas “suelen ser lesiones amplias donde los síntomas no aparecen inmediatamente, provocando enrojecimiento en las primeras fases, signos inflamatorios y dolor posteriormente e incluso aparición de ampollas”. Tanto es así, que “en algunos casos puede cursar de manera más grave provocando destrucción celular, afectación de tejidos anexos, edemas y pérdida de líquidos”, añaden.
Los síntomas de las quemaduras solares no suelen ser instantáneos, sino que tardan en aparecer entre 2 y 24 horas. En ese intervalo de tiempo, se enrojece la piel y se siente dolor en la zona afectada. Asimismo, pueden darse otros síntomas como una leve inflamación, erupciones, descamación de la piel, ampollas e incluso fiebre y náuseas.
De hecho, si la fiebre asciende por encima de los 38º, hay que solicitar ayuda a un sanitario. Asimismo, hay que acudir al médico “en el caso de cabeza intenso, confusión y escalofríos; ante quemaduras muy extensas con ampollas; ante signos de infección como supuración líquida blanquecina, presencia de puntos blancos en la quemadura, enrojecimiento importante o mal olor; o en el caso de que no mejore en la siguientes 48/72 horas”, explica la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha.
Antes de que eso ocurra, las personas que hayan sufrido una quemadura deben llevar a cabo un tratamiento adecuado. Por ello, hay que evitar las siguientes acciones.