El moldavo Igor Postolache, condenado a prisión permanente revisable por el asesinato de la menor asturiana Erika Yunga Alvarado, ha sido encontrado muerto en su celda en la prisión leonesa de Mansilla de las Mulas, según ha informado El Comercio. La víctima se defendió pero perdió la vida en apenas 10 minutos.
Fuentes del caso han señalado al mencionado diario que todo apunta a un suicidio, a pesar de que el preso se encontraba vigilado desde que fue llevado a dicho módulo el pasado mes de abril. Postolache iba a ser trasladado a otro centro penitenciario este mismo miércoles.
La noticia del descubrimiento de su cadáver ha supuesto una sorpresa para los funcionarios puesto que, desde su traslado, había mantenido una actitud discreta y sin dar problemas a los guardias.
Además de la prisión permanente revisable, había sido condenado por un delito de agresión sexual a 12 años y seis meses de cárcel, dos y medio menos de lo inicialmente solicitado, al ser uno de los beneficiados por la Ley del 'solo sí es sí'.
El crimen de Erika se produjo el 5 de abril de 2022. Según quedó probado en el juicio, Postolache, de 32 años, asesinó brutalmente a Erika, de 14, en el portal del número 69 de la calle Vázquez de Mella, en Vallobín (Oviedo).
La Fiscalía demostró que el asesino llevaba días investigando los horarios de la menor y de sus familiares, controlando cuándo y dónde entraba para poder interceptarla. Además, en el registro de su domicilio, se encontró cinta de embalar, bridas y un largo cuchillo, todo ello escondido en un cajón entre la ropa.
El modo de asesinarla fue brutal. Cuando previó que la víctima llegaba al portal, salió de su vivienda y esperó a que entrara. Nada más llamar al telefonillo, el agresor la interceptó y le apuñaló con ensañamiento. Después la arrastró al piso, donde consumó la agresión sexual mientras le asestaba varias puñaladas más.
En el momento de su arresto, Postolache se automutiló y se hizo varios cortes en los brazos.