¿A qué riesgos te expones si te duchas todos los días?

No hay más que hacer una búsqueda rápida en Internet para comprobar que hay numerosos estudios muy poco precisos sobre cuántas veces se duchan las personas en cada país. Eso sí, en buena parte de ellos, España aparece en las posiciones de cabeza, con una buena parte de la población rondando la ducha diaria

Este hecho contrasta con que en otros países la gente se duche mucho menos, lo que provoca cierta incredulidad cuando viajamos al extranjero. Bien es cierto que no es lo mismo pasar un verano en España que en Reino Unido, por ejemplo, de modo que las costumbres higiénicas también están sujetas, en cierto modo, al clima y las tradiciones. 

Y precisamente desde Reino Unido llega un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Harvard con Robert H. Shmerling a la cabeza en el que se exponen los contratiempos que ducharse todos los días puede provocar en nuestra salud.

¿Por qué no ducharse todos los días?

Esta investigación apunta que exponer la piel continuamente a los geles y champús no es lo más adecuado, ya que no le permite aprender a defenderse de los microorganismos y bacterias que tienden a acumularse a lo largo de la jornada. Esto puede ser contraproducente, ya que el sistema inmunológico tenderá a debilitarse.

A eso hay que añadir que los productos de higiene personal incorporan aditivos antibacterianos, perfumes, etc., lo que a su vez puede ser causa de irritaciones y sequedad. Así pues, cuando nos duchamos todos los días, no solo limitamos la capacidad de respuesta de la piel, sino que la sometemos a esos productos de limpieza que no siempre resultan adecuados. 

¿Qué recomienda Harvard?

Obviamente, la investigación no aboga por una absoluta falta de higiene, dado que eso provocaría problemas aún peores, sino que apuesta por unas cuatro duchas a la semana, dejando así descansar a la piel. Dicho de otro modo, la recomendación sería ducharse un día sí y uno no, siempre teniendo en cuenta unas condiciones “normales”. 

Es decir, si se da el caso de que una persona va al gimnasio a diario o está expuesta a una mayor suciedad o contaminación debido a su trabajo, no cabe duda de que deberá lavarse todos los días. Lo mismo ocurre si tenemos en cuenta las diferentes épocas del año. En verano dar un paseo en las jornadas más calurosas supone romper a sudar a las primeras de cambio, mientras que en invierno es un fenómeno menos habitual. Esto invitará a ducharse con más o menos asiduidad.

¿Cómo deben ser las duchas?

Sobre las duchas, los investigadores británicos abogan por que no duren más de cuatro minutos, por usar agua tibia y por incidir especialmente en las zonas de mayor roce, como las axilas o las ingles. Asimismo, con respecto a esas otras duchas adicionales que requiere la práctica de ejercicio o los días más calurosos de verano, también han de ser cortas y en ellas no hay que utilizar demasiados jabones y champús para evitar los problemas de irritación en la piel. Por supuesto, el agua también ha de estar templada.