El interior de nuestras viviendas habitualmente está ocupado por un amplio compendio de aparatos, electrodomésticos y dispositivos electrónicos que precisan de un cuidado y un mantenimiento periódico. En el caso de algunos específicos, como el de los calentadores de gas, su revisión es imprescindible y obligatoria, dado que un funcionamiento incorrecto puede derivar en graves problemas de seguridad y dramáticas consecuencias, como la explosión acontecida este 1 de agosto de 2023 en Valladolid, donde una persona ha muerto y 14 han resultado heridas por lo que parece ser un “escape de gas”.
Habitual en nuestras casas para contar con calefacción y agua caliente, un incorrecto funcionamiento de una caldera de gas no solo puede llevar a incidentes relacionados con las fugas del mismo, sino también a incendios o explosiones como la de Valladolid.
Por esta razón, la legislación vigente contempla y regula cómo y cuándo deben efectuarse los mantenimientos a través del Real Decreto 1027/2007, por el que se aprueba el ‘Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios’, en el que se dictamina la obligatoriedad de estos mantenimientos, precisando su periodicidad según su tipología.
La revisión de la caldera de gas de uso doméstico es obligatoria cada dos años, mientras que la instalación completa, lo que incluye el contador, las tuberías y llaves, debe hacerse cada cinco.
En el primer caso, –la del mantenimiento cada dos años–, es responsabilidad del usuario avisar a su proveedor para la realización de la revisión, aunque de tener un servicio contratado el servicio técnico suele notificarlo. En el segundo, –la que se efectúa cada cinco–, compete a la empresa distribuidora gestionar la visita del técnico acreditado para su mantenimiento.
En el caso de las calderas de gas con una potencia superior a los 70 kW, es decir, aquellas que suelen ser propias de sistemas de calefacción central, abasteciendo a edificios enteros o comunidades de propietarios, la revisión tiene que ser mensual.
Por otro lado, en lo que se refiere a la revisión de calentadores de agua caliente sanitaria a gas, con una potencia nominal inferior a 24,4 kW, el mantenimiento se ha de realizar cada cinco años, reduciéndose a dos si la potencia está entre 22,4 kW y 70 kW.
Con todo, más allá de esta periodicidad máxima para realizar la revisión que marca la legislación, lo recomendable es que en nuestras casas realicemos al menos una revisión anual preventiva. Asegurarnos de su correcta utilización y acudir a un experto ante la detección de cualquier anomalía también es fundamental para evitar los riesgos expuestos.
Atajar cualquier posible falla antes de que se convierta en un problema y un desembolso mayor es fundamental, por lo que es recomendable contar con un servicio de mantenimiento con la comercializadora, el fabricante u un instalador de gas autorizado.
Más allá, otras recomendaciones de los expertos en materia de prevención apuntan a la importancia de realizar una limpieza regular y adecuada de la instalación; el cierre de la llave de paso general en caso de estar fuera de casa durante un tiempo prolongado; no utilizar materiales no certificados y no manipular por nuestra cuenta, recurriendo en su lugar a profesionales acreditados.
Por otro lado, ante un posible olor a gas, se aconseja no encender ni apagar la luz, ni cualquier aparato que pueda provocar una chispa, con el objetivo de atajar el riesgo de explosión. En esos casos, además de contactar con un profesional, se recomienda una buena ventilación, abriendo las ventanas para intentar que el gas salga, impidiendo la combustión. En caso de que una fuga de gas no cese, se recomienda llamar al 112 desde un lugar seguro, alejado de ese punto.