Ana Ortiz, ‘Anita’, una joven valenciana de 15 años que nació sin la mano izquierda, hoy está muy cerca de conseguir el sueño de conseguir una prótesis biónica que le haga la vida más fácil. Su coste no está cubierto por la Seguridad Social, y por eso se ha pasado los últimos años entregada a un proyecto tan noble como su causa: recaudar dinero a través de la venta de pulseras para poder comprarse la mano biónica y, al mismo tiempo, ayudar también a otros niños en situación similar.
‘Pero qué bonita eres’. Es lo que su madre no paraba de decirla desde que nació, y hoy son muchos los que se suman a esa misma frase que pone precisamente el nombre a ese proyecto; una iniciativa que le llevó a crear su propia tienda online para vender las pulseras que elabora.
Con ello, y con la inestimable ayuda y cooperación de su familia, Anita recuperó la fabricación de pulseras que tiempo atrás practicaba su madre. Así, comenzó a vender joyas, tanto para hombres como para mujeres, empezando a recaudar de esta forma los fondos con los que embarcarse en ese objetivo de conseguir pagarse una prótesis.
Con más de 97.000 seguidores en su perfil de Instagram, bajo el eslogan “joyas hechas… con una mano”, cargada de fuerza y sin cesar, ha trabajado durante todo este tiempo para seguir trabajando en su catálogo, que incluye desde colecciones que homenajean a los animales a pulsaras para runners, entre muchas otras.
“Han sido dos años de mucho esfuerzo”, afirma en declaraciones recogidas por Levante-EMV, contando que, por fin puede decir que lo ha conseguido. “He conseguido reunir el dinero necesario”, apunta, aunque para la prótesis todavía tendrá que esperar. Fundamentalmente porque tienen que adaptarla a su constitución, y todo ello lleva su tiempo.
“Sabía que iba a ser un proceso largo y costoso, pero no sabía que tanto”, reconoce al citado medio.
Ya en declaraciones a Informativos Telecinco Anita nos contaba que mientras dedicaba sus tardes al estudio, por las noches se quedaba “hasta bastante tarde a hacer pulseritas”.
“Esto es algo que no es un capricho. Es para una calidad de vida, que yo creo que los niños tenemos derecho a tener esta calidad de vida”, decía entonces, explicando que las prótesis biónicas no están financiadas para la Seguridad Social. “Sí financia las estéticas, que son como un plástico quieto y ya está”, expresaba ante nuestras cámaras, lamentando la situación.
Ya entonces su sueño era crear su propia fundación para ayudar a otros niños, y ahora, tras conseguir por fin el dinero para tener su propia prótesis, no dejará de trabajar con ese otro objetivo que siempre ha formado parte de su proyecto. ‘Pero qué bonita eres’, le repetía su madre… Y tanto que lo es.