El Juzgado de Instrucción número 2 de Tui (Pontevedra) ha emitido un auto en el que decide la prórroga, por un tiempo de seis meses, de la instrucción de la causa por la desaparición y muerte de Déborah Fernández-Cervera, la joven viguesa cuyo cadáver apareció en una cuneta en O Rosal (Pontevedra) en 2002.
En el auto la magistrada sustituta del Juzgado de instrucción 2 expone que esta decisión se basa en el Informe del Ministerio Fiscal que solicita la prórroga a fin de conocer el resultado del examen del teléfono móvil de Déborah y de la prueba de ADN del investigado.
Sin embargo, como recuerdan los abogados de la familia de la víctima en un comunicado, el teléfono no tiene tarjeta SIM, y la acusación particular desistió de la prueba de ADN por medio de un escrito el pasado día 14 de julio.
Esas dos circunstancias no las menciona la jueza instructora en su auto, motivo por el que los letrados de la familia de Déborah, que han recurrido el auto, han mostrado su sorpresa.
"Volvemos a preguntarnos nuevamente: si la Fiscalía entiende que no hay etiología homicida, ¿qué sentido tiene todo esto?", se preguntan.
La semana pasada, la familia de Déborah trasladó al juzgado su oposición a que se prorrogara la instrucción y, en consecuencia, solicitó el sobreseimiento provisional de la causa si se entendía que no había elementos para abrir el procedimiento de jurado.