La familia de Déborah Fernández-Cervera, la joven viguesa hallada muerta en O Rosal en 2002, ha trasladado al juzgado su oposición a que se prorrogue la instrucción y, en consecuencia, que se proceda al sobreseimiento provisional de la causa si se entiende que no hay elementos para abrir el procedimiento de jurado. Pero eso no significa que no vayan a seguir luchando, lo harán pero de forma privada, tal y como confiesa la hermana de Déborah.
Lo van a hacer como han hecho otras familias, la más conocida, la de Marta del Castillo, de forma privada y sin descanso. De hecho, la Policía Nacional y la familia de Marta del Castillo ya cuentan con el informe elaborado por el director técnico de Falcon High Tech, Luis Avial, en la zona de Majaloba, el punto ubicado entre la ciudad de Sevilla y el municipio de La Rinconada en el que los padres de la joven asesinada en 2009 creen que pudo ser enterrada. No han parado de luchar pese a criticar los varapalos judiciales.
“Obviamente vamos a seguir escudriñando datos hasta dar con la pieza que consiga meter en la cárcel al asesino de Déborah. Lo haremos de forma privada, ya no tan expuestos, ya no con esta carga jurídica, y desde luego si encontrásemos algo nuevo que consiguiese esa reapertura lo lucharemos con uñas y dientes, pero viendo el poco apoyo que tenemos por parte de las administraciones… nos vemos en la obligación de, por el momento, tomar esta decisión”, ha dicho Rosa Fernández.
La hermana de Deborah ha señalado que la decisión que ha tomado la familia, la del sobreseimiento provisional, es "de las decisiones más duras que ha tomado en su vida. Darte por vencida cuando la Justicia mira para otro lado es el resultado de algo que nos obligan a tomar. No es por gusto, porque yo no quiero nada más que se haga justicia para mi hermana, pero visto cómo están reaccionando los juzgados, y que dudan hasta de la etiología homicida del caso de Déborah, pues nos vemos en la obligación de tomar esta decisión por un bien personal, porque al final esto va a acabar con nosotros”, ha señalado, dejando claro, no obstante, que todo esto no significa que abandonen el caso.
La madre de Déborah ha afirmado, en la lectura de un comunicado, que vivirán "ahogados en la indefensión" porque la "justicia" no les "ampara".
El 30 de abril de 2002, Déborah salió a correr y nunca regresó a casa. Su cadáver fue encontrado desnudo diez días después, a más de 50 kilómetros de donde desapareció, con el cuerpo lavado y con semen en el interior. En los más de 20 años de pesquisas policiales, el único investigado, desde febrero de 2022, es su exnovio, sin que se haya resuelto el caso.
En las inmediaciones del edificio en el que vivía la joven, en la Avenida Atlántida de Vigo, uno de los letrados ha indicado este viernes que se oponen a la "prórroga de la instrucción", cuyo plazo está a punto de expirar. Al juzgado le han comunicado que, "si se entiende que no hay elementos para abrir el procedimiento de jurado, se proceda al sobreseimiento provisional de la causa".
El abogado ha recordado que uno de los últimos episodios de la instrucción, la declaración del doctor Curiel, autor del informe pericial presentado el 24 de febrero de 2021 que de modo tajante señala que la muerte de la joven fue homicida, recibió ataques para "mantener la teoría de la muerte súbita". Ha añadido que "se sigue dando vueltas al disco duro" del ordenador de Déborah y ha pronosticado que "tampoco" sacarán "nada en limpio" del teléfono de la joven, "porque dos personas con nombres y apellidos se lo quitaron cuando lo recogieron y apareció veinte años después pero sin la tarjeta" en dependencias de la Policía Nacional en Madrid junto con efectos y documentación referentes a la investigación del caso.
El abogado ha criticado la "inacción del Ministerio Fiscal" y, si bien lo ha considerado "legítimo" porque no ve "delito" en este caso, ha advertido de que "choca con el oficio policial de 2019 que señalaba que había la convicción de una muerte violenta".
El lunes pasado, los letrados se reunieron con los padres de Déborah y sus hermanos, Rosa y José, que les expresaron su "rechazo" a continuar con la instrucción "ante la desidia de la administración", con "rabia contenida y hartazgo" porque "no creen en el estado de derecho" ni en la justicia. "Nos damos por vencidos; es difícil derribar un muro con bolas de papel", ha abundado el abogado, quien ha matizado que el hecho de que se opongan a la prórroga de la instrucción "no quiere decir que no se vaya a seguir trabajando" en el caso: "No es un adiós, es un hasta luego".
La madre de Déborah ha leído un comunicado de agradecimiento a los medios de comunicación, la "única compañía" que tuvieron en este procedimiento en el que han sentido "el peso de la justicia, pero no su protección".
Una justicia que no es "ciega, sino cegada", ha explicado antes de señalar que le queda la "sensación de ser un recuerdo molesto", el "error de morir de manera inadecuada, haciendo ruido con la memoria, mostrando los errores de la investigación y del proceso, todo tan incómodo". En el comunicado ha hablado de la "vergüenza de la muerte súbita en la que tan convenientemente coinciden fiscal y defensa".
"Su voz sigue molestando, su recuerdo sigue amenazando a quien la mató y a quien tan diligentemente lleva más de dos décadas molesto por su muerte. La justicia no nos ampara, no ampara a Déborah. Y no podemos permitir que la instrucción se convierta en burla a su memoria. No podemos permitir que maten también su dignidad. Hasta aquí decidimos llegar en el ámbito de la instrucción. Hasta aquí la vergüenza ajena. Viviremos ahogados en la indefensión", ha leído. Ha deseado que "esto no vuelva a suceder" y que "ninguna hija, hermana, amiga, muera de forma tan cruel" y "sin consecuencias, sin castigo, gratis". "Todos sabemos. Todos callamos. Y este silencio, vergonzoso y vergonzante, nos pasará factura. A todos", ha concluido