Uno de los principales temores que aparecen cuando nos vamos de vacaciones es el relativo a la seguridad de lo que dejamos atrás, es decir, de nuestro hogar y de lo que albergamos en su interior. Y claro está, las llaves son esenciales en mantener protegido todo ello. Es entonces cuando puede surgir la pregunta de qué hacer con las llaves de casa.
Obviamente la respuesta más habitual es que nos llevamos las llaves de viaje. Bien es cierto que corremos el riesgo de perderlas en nuestro periplo, pero es lógico tener al menos una copia para no encontrar ningún problema a la vuelta. Es más, hay hoteles y alojamientos vacacionales que cuentan con cajas de seguridad para proteger los bienes más preciados frente a los amigos de lo ajeno, con lo que se puede aprovechar la coyuntura para guardar las llaves de nuestro domicilio y que no se extravíen.
Por otro lado, también es conveniente dejar alguna copia a buen recaudo por diferentes razones: por si perdemos las llaves durante nuestras vacaciones, por si es necesario abrir la vivienda en nuestra ausencia debido a algún tipo de incidente o para otras tareas como regar las plantas o comprobar que todo se encuentra en buen estado.
Sobre esta práctica tan habitual se pronunciaba no hace mucho José Luis García Vicuña, presidente de la Unión de Cerrajeros de Seguridad, en la Cadena Ser. Este especialista recomendaba tener un par de copias para repartirlas entre personas de confianza, aunque también señalaba que “hemos tenido algún caso contado de cuando alguien ha dejado las llaves pensando que podía confiar en la otra persona y al final le acabaron robando el piso”.
No obstante, es algo que no suele ocurrir y, por lo tanto, es una buena opción. Ya sean amigos o familiares, siempre es conveniente que alguien disponga de un juego de llaves adicional para afrontar cualquiera de las situaciones expuestas anteriormente.
Además de llevarlas con nosotros y dejar una copia a personas de confianza, hay otras opciones que conviene tener presentes. Por un lado, existen algunos servicios que se encargan precisamente de ello, de guardar las llaves de clientes que desean irse de vacaciones. Es más, incluso hay municipios que proporcionan este tipo de servicios para guardarlas cuando el inquilino se ausenta de su vivienda.
Por otro lado, una de las opciones que se está extendiendo cada vez más es la de prescindir de las cerraduras que utilizan llaves y probar con las electrónicas. Entre ellas las hay de todo tipo, desde las más habituales con código hasta otras que requieren un dispositivo electrónico o que utilizan algún método biométrico. Sea como fuere, en ese caso no hay que preocuparse de qué hacer con las llaves de casa cuando nos marchamos de vacaciones, puesto que estas ya han dejado de utilizarse.