Nueva iniciativa de un grupo defensor del clima para reclamar la atención sobre la contaminación provocada por los jets privados. Tres activistas de la organización ecologista Futuro Vegetal han rociado pintura un jet privado y se han pegado al avión, que estaba en la pista del aeropuerto de Ibiza. Su acción ha provocado el cierre de la terminal durante varias horas.
Futuro Vegetal, a través de un comunicado y en redes sociales, ha subrayado "la necesidad de adaptar el sistema agroalimentario a un contexto de caos climático". Los activistas del clima reclaman a las instituciones actuar como si el límite de aumento de temperatura marcado por el Acuerdo de París ya se hubiese sobrepasado, "pues todo apunta a que se superará esta década" y por ahora no se paran de batir récords.
El colectivo ha criticado "ningún" partido político lleva un paquete de medidas contundentes para paliar la crisis climática ni parece ser capaz de implementar los cambios que se necesitan.
"La ciencia es clara, necesitamos un cambio de modelo productivo y no podemos esperar a que las instituciones actúen. Llevamos más de 30 años avisando de que nos dirigimos a los peores escenarios y los estamos comenzando a padecer", ha advertido.
Para Futuro Vegetal, la crisis climática conlleva "desplazamientos forzosos, hambrunas y sufrimiento" para todos los habitantes del planeta. "Es responsabilidad de toda la sociedad construir en comunidad, con independencia de quien gobierne, para mitigar los efectos de la crisis climática o nos veremos abocadas a escenarios desoladores", indican.
Esta acción de protesta se enmarca en la campaña 'Jets and yachts, the party's over' ('Jets y yates, se acabó la fiesta'), convocada por la plataforma 'Eivissa Es Rebel·la', distintas organizaciones climáticas de la isla que exigen la prohibición de jets privados y eliminar las emisiones de lujo.
Hace unos días, también activistas de Futuro Vegetal y Extinction Rebellion participaron en una protesta en el 'beach club' de lujo de 'Blue Marlin' en cala Jondal (Sant Josep, Ibiza), para advertir de la "incompatibilidad de sostener el estilo de vida de los megaricos y afrontar la crisis climática".
Según el colectivo, la acción de protesta ha obligado "a detener todo el tráfico aéreo del aeropuerto", "obligando a clausurar la pista durante varias horas".
Los vuelos privados están en el punto de mira de los activistas climáticos tras dispararse desde la pandemia. La aviación ejecutiva se ha popularizado mucho, sobre todo hay turistas de cierto nivel. Solo el año pasado los viajes en jet privado aumentó un 74 por ciento con más de 45.600 vuelos. De media, un vuelo privado cuesta unos 1.200 euros por persona. Como los aviones tienen que ir al destino del cliente y luego volver a su base, entonces se cobra la ida y la vuelta". Es una de las formas más contaminantes de viajar causando entre 5 y 14 veces más emisiones de CO2 que un avión comercial.