El calor va a apretar en España la próxima semana. Un fenómeno conocido como “domo de calor” va a causar temperaturas extremas en muchas provincias, que serán entre 10 y 15 grados más altas de lo normal y podrán superar los 44 ºC en el sur.
“A partir del domingo y durante primeros días de la próxima semana podrían superarse los umbrales necesarios para hablar de la segunda ola de calor del verano”, ha informado el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Rubén del Campo.
El término “domo o cúpula de calor” se ha popularizado en los últimos años, dado que las olas de calor han cobrado nuevos extremos nunca antes vistos en la Tierra. En el verano de 2021, este fenómeno acaparó titulares en todo el mundo por el calor abrasador que causó en la Columbia Británica, en Canadá, donde se rozaron los 50 ºC y una oleada de incendios arrasó la localidad de Lytton.
En España, el mismo fenómeno meteorológico causó la peor ola de calor de la historia en el verano de 2022. Entre el 9 y 26 de julio, el calor abrasador afectó a 43 provincias, y registró temperaturas de hasta 46 °C en Morón de la Frontera (Sevilla).
Una situación similar se vivió en el resto de Europa occidental, donde la ola de calor afectó especialmente a Portugal, Francia occidental, Irlanda e Inglaterra, además de España. El calor extremo provocó un aumento de la mortalidad cifrado en 4.663 personas, según el Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (monMo).
La semana que viene, a partir de este fin de semana, está previsto que un “domo de calor” dispare nuevamente la temperatura en España, como ya ocurrió el año pasado. Inicialmente, una dorsal anticiclónica se impondrá sobre nuestro territorio y traerá consigo una masa de aire africano.
El lunes los termómetros tocarán techo y probablemente lo sigan haciendo los días siguientes, incluso podrían subir más.
La “cúpula” de calor se forma por un centro de altas presiones que se estanca sobre un lugar concreto. Esto hace que se forme una especie de burbuja que confina el aire cálido en superficie, y viene acompañado además por aire muy cálido en las capas medias y altas de la atmósfera.
Es como ponerle la tapa a una olla. El aire cálido asciende y vuelve a descender. Al descender de la atmósfera a la superficie, se calienta de forma adiabática (sin intercambio de calor con el ambiente) y se estabiliza al tiempo que disminuye su humedad relativa. Es decir: el aire llega recalentado y reseco a la superficie. Es lo que se conoce como "subsidencia".
Esto hará la semana que viene que el calor vaya en aumento hasta llegar a temperaturas extremas, y disparará el riesgo de incendios forestales. Habrá que extremar las precauciones por el riesgo para la salud y el medio ambiente.