España está vivienda una ola de calor que está dejando temperaturas de récord en muchos puntos de la península. Con los termómetros por encima de los 25 grados incluso de noche, para muchos ciudadanos dormir se está convirtiendo en una tarea imposible. ¿Por qué el calor afecta a nuestro sueño?
"Nuestros resultados indican que el sueño, que es un proceso de restauración esencial para la salud y la productividad humanas, puede verse degradado por el aumento de las temperaturas", afirma el primer autor, Kelton Minor, de la Universidad de Copenhague (Dinamarca).
El estudio llevado a cabo por este experto sugiere que en las noches muy cálidas (de más de 30 grados Celsius), el sueño disminuye una media de algo más de 14 minutos. La probabilidad de dormir menos de siete horas también aumenta a medida que suben las temperaturas.
"Nuestros cuerpos están muy adaptados para mantener una temperatura corporal central estable, algo de lo que depende nuestra vida --explica Minor--. Sin embargo, cada noche hacen algo extraordinario sin que la mayoría de nosotros lo sepamos conscientemente: expulsan el calor de nuestro núcleo al entorno circundante dilatando los vasos sanguíneos y aumentando el flujo de sangre a las manos y los pies". Añade que para que nuestro cuerpo transfiera calor, el entorno circundante debe estar más frío que nosotros.
Sin embargo, matiza, cuando las temperaturas nocturnas son elevadas, la pérdida de este calor interno se ve dificultada y en consecuencia también lo hace el sueño. De este modo, al no descansar bien y dormir menos, es habitual que por el día estemos más cansados.
Usar ventiladores o aire acondicionado en la primera mitad de la noche; realizar al menos 30 minutos diarios de actividad física moderada-vigorosa, con preferencia en las horas más frescas de la mañana y en ambientes exteriores; y cenar de forma ligera dos horas antes de acostarse son algunos de los consejos aportados por el miembro del comité científico de la Sociedad Española de Sueño (SES) y director del laboratorio de Cronobiología de la Universidad de Murcia, Juan Antonio Madrid, para dormir en verano.
"Es un hecho que en verano tendemos a dormir menos tiempo y en aquellos lugares donde la temperatura es elevada el sueño se vuelve más fragmentado que en otros momentos del año", ha dicho el experto, quien ha estudiado ampliamente la relación entre la temperatura corporal y el sueño.