Un bar de Granada se ha convertido en el foco de una nueva intoxicación alimentaria después del sucedido en el barrio Salamanca (Madrid). El número de personas afectadas ya ha aumentado a dieciséis, de las cuales, cuatro han tenido que ser hospitalizadas en el Parque Tecnológico de la Salud (PTS) de Granada. Tres de ellas se encuentran en planta y una en observación.
Según han informado a EFE, ya se están realizando los análisis necesarios para determinar el origen de la intoxicación aunque todo apunta a una salmonelosis. De momento, ya se ha abierto una investigación para averiguar el vínculo del suceso con el establecimiento aunque los afectados apuntan a la ensaladilla rusa. Catalina García, consejera de Salud y Familias, ha sido la encargada de confirmar que el número de afectados ha aumentado con respecto al día que se empezaron a encontrar personas perjudicadas por el brote.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta infección afecta a decenas de millones de personas en todo el mundo. La Salmonella se trata de un grupo de bacterias que viven en los intestinos de animales y personas. Es resistente y puede sobrevivir durante semanas en un ambiente seco, de ahí la importancia de mantener un cuidado especial en verano con los alimentos- la mayoría se producen por consumir alimentos contaminados- y llevar precaución con la forma de cocinarlos.
Entre los síntomas más comunes se encuentra la fiebre, diarrea, náuseas, cólicos y dolor muscular aunque la consecuencia más grave es la deshidratación. Esto último puede poner en riesgo la vida del afectado, sobre todo si se trata de ancianos o niños. Entre las medidas que existen para evitar esta infección se encuentran: mantener una buena higiene, llevar un buen nivel de seguridad alimentaria y nunca colocar alimentos cocinados en un plato que haya contenido un alimento crudo.
La Salmonella se puede encontrar en alimentos como la carne de ave o de cerdo cruda, huevos y frutas sin lavar. Pero también se hallan en otros lugares como en las mascotas. Los animales , especialmente las aves y los reptiles, pueden tener la bacteria de la salmonela en las plumas, el pelo, la piel o las heces.