Los oftalmólogos aclaran dudas sobre si la miopía vuelve años después de la operación: “Está descrito pero es muy raro que pase”
Se calcula que más de 100 millones de personas en todo el mundo se han sometido con éxito a estas técnicas
En la miopía la córnea tiene una curva pronunciada y la luz se enfoca al frente provocando que la visión lejana quede borrosa
Los oftalmólogos son capaces de corregir estos problemas gracias a técnicas precisas como la Cirugía Refractiva
Un estudio asegura que la mitad de la población sufrirá de miopía para el año 2050 por culpa de las pantallas. Un problema de visión que preocupa y que está poniendo el foco en los avances tecnológicos que permiten corregirla.
Cambiar la curvatura del ojo para acabar con la miopía no es una técnica nueva. En 1930, el oftalmólogo japonés Tsutomo Sato realizó los primeros intentos para aplanar la córnea y desde entonces estudios y métodos empleados han ido mejorando mucho, sobre todo desde que se desarrolló el láser excimer en 1983 expandiendo la Cirugía Refractiva.
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Hoy en día se calcula que más de 100 millones de personas en todo el mundo se han sometido con éxito a una intervención para corregir este defecto ocular.
Qué es la miopía
La miopía es un defecto de refracción, generalmente debido a que el ojo es más largo de lo normal. Esto hace que los rayos de luz lejanos, al converger, no coincidan en la retina sino antes de ella.
En condiciones normales, la córnea desvía (refracta) la luz correctamente sobre la superficie de la retina en la parte posterior del ojo. Pero en los casos de miopía no. Lo que ocurre en estos casos es que "la córnea tiene una curva muy pronunciada y los rayos de luz se enfocan al frente de la retina provocando que la visión lejana quede borrosa. Puedes ver objetos que están cerca con bastante claridad, pero no los que están lejos", explican desde la Clínica Mayo.
Por eso cambiar la curvatura puede ser la solución. Cuenta una leyenda que tras una pelea, un paciente con gafas del conocido oftalmólogo ruso Dr. Fyodorov, llegó a la consulta con pequeños cortes en la córnea y Fyodorov, observó que "a medida que las heridas de la córnea se curaban, su visión también mostraba una marcada mejoría" por lo que empezó a investigar el fenómeno. Sea este el origen o no de las investigaciones, lo cierto es que en 2023 los oftalmólogos son capaces de corregir estos problemas de la córnea gracias a técnicas muy precisas que no son simples cortes en el ojo. Ahora se emplea lo que se conoce como Cirugía Refractiva que corrige este defecto de visión con efectividad y sin aparentes efectos secundarios.
"La experiencia nos dice que esta técnica quirúrgica es segura y tiene una alta tasa de satisfacción entre los pacientes", comenta el cirujano Francisco Arnalich, Oftalmólogo especialista en Córnea, del Hospital Ramón y Cajal de Madrid. Una opinión que coincide con la del doctor Fernando Llovet, que con 30 años de experiencia es un referente de este tipo de intervenciones en España. "Es una técnica muy efectiva y que corrige esos problemas de visión, aunque siendo muy raro, puede pasar que en algunos pacientes aumente un poquito la miopía más adelante. Algunos estudios hablan de un 6% y se puede deber a que el ojo sigue creciendo. Está descrito en algún caso", explica.
Y eso lo que refiere una usuaria en Twitter, quien ha provocado un debate en esta red social tras asegurar que se arrepiente de haberse operado tras apreciar que le ha vuelto a subir la miopía:
Una situación (la de esta usuaria) que los expertos no consideran relevante: "Habría que ver el caso. Quizás tuviera una graduación alta o presentaba una miopía progresiva muy lenta (de tal forma que tienes que pasar años para que el paciente muestre una subida de 0.50 o 0.75). Pero con las técnicas que tenemos hoy en día las intervenciones son seguras", insiste Arnalich.
La Cirugía Refractiva
Actualmente, la Cirugía Refractiva es origen de múltiples estudios y publicaciones alrededor del mundo que han llevado a que sea un tratamiento alternativo y de larga duración que elimina o reduce la dependencia de gafas y lentes de contacto. Aunque eso si, es un procedimiento que no es adecuado para todos los pacientes.
Por lo general para poder acceder se pide tener una una refracción estable de al menos 12 meses y no tener alguna otra patología ocular u otras enfermedades cornéales, de retina o nervio óptico que puedan interferir con el resultado de la cirugía refractiva. También se evita el láser en pacientes con córneas muy delgadas o dioptrías elevadas. En estos pacientes se emplean técnicas (implantes) intraoculares.
"Hoy en día, con las nuevas técnicas se corrigen los problemas de visión y es casi imposible cometer un error. A largo plazo tampoco vemos efectos adversos. En 30 años que llevo operando yo no he visto. Puede ocurrir es que tras la intervención se aprecie una sensación de ojo seco, que desaparece a los pocos meses pero que puede deberse también a múltiples factores que no tienen nada que ver con la operación (hormonales, uso de dispositivos...)", añade el doctor Llovet, quien recuerda que una intervención no impide además que el paciente pueda sufri otro tipo de problemas oculares con los años, como presbicia, cataratas u otros.
En cualquier caso lo que los expertos recuerdan que, aunque podamos encontrar soluciones para mejorar nuestra visión, debemos cuidar nuestros ojos y eso devuelve el problema al uso y abuso de las pantallas.
Las pantallas origen de ojo seco y otras patologías
La exposición prolongada a pantallas y fuentes de luz LED puede desarrollar fatiga visual y sequedad ocular acompañada de dolores de cabeza. Y también podrían provocar problemas de visión.
Es lo que defiende un estudio de de la Toronto Medical Eye Associates que asegura que el exceso de tiempo frente a las pantallas provoca trastornos oculares, como el ojo seco y la miopía: "Con el tiempo, mirar demasiado tiempo a las pantallas puede cambiar la estructura del globo ocular y provocar la atrofia de las glándulas que lo mantienen húmedo", aseguran. Y no solo eso.
"Cada vez que miramos una pantalla, nuestra velocidad de parpadeo se reduce a aproximadamente un 10 por ciento de lo normal. Eso significa que parpadeamos una vez en lugar de 10 veces”, explica la Dra. Vivian Hill, presidenta del Consejo de Defensa de la Sociedad Oftalmológica Canadiense a la CBC. Por eso consideran que también se produce sequedad ocular.
A mayor tiempo contemplando una pantalla digital mayor incomodidad visual dicen los investigadores, lo que incluye visión borrosa, dificultad para volver a enfocar al cambiar el enfoque de una distancia a otra, dolor de cabeza y fatiga visual.
Unos problemas que se podrían evitar limitando su uso, al menos antes de tener que recurrir a una intervención ocular.