El fenómeno de El Niño está en plena formación, en el Pacífico Sur, desde comienzos de año. Y ahora ya va cogiendo fuerza. A medida que pasan los meses, se va vislumbrando cómo va a ser. No es lo mismo un Niño débil que uno fuerte, porque, aunque el fenómeno es local, sus efectos son globales: afecta al clima de todo el planeta. Y sus impactos son mayores si es más potente.
Según las previsiones más recientes de la NOAA, es probable que sea un Niño de moderado a fuerte. “Las probabilidades de que se convierta en un evento fuerte son del 56%. Las probabilidades de que se produzca un evento moderado son del 84%”. Son datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA) en su última actualización al respecto, el 8 de junio.
Pero los meteorólogos van más allá. “Los organismos oficiales suelen ser muy conservadores, son prudentes en sus predicciones”, explica Francisco Martín, de Meteored. Pero ya parece claro, apunta, que no será "moderado". “Es muy probable que El Niño de este año sea fuerte o muy fuerte”.
Martín explica que las predicciones del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Medio Plazo coinciden con las de la NOAA: “Un Niño entre moderado y fuerte”. Pero “algunos escenarios de evolución apuntan que será muy fuerte", añade. "Y eso va en línea con el calentamiento anómalo que están experimentando casi todos los océanos de la Tierra”.
Es decir, que sea fuerte o muy fuerte encaja con lo previsto por los modelos climáticos que analizan el calentamiento global. “Es lo que se preveía, que a medida que el calentamiento global se acentúa, El Niño y La Niña serán más intensos. Sobre todo, El Niño, que se realza porque los océanos cada vez almacenan más calor”.
Son varios los meteorólogos que alertan de que el Niño de este año puede ser uno de los más potentes de la historia. “En 1982 la Tierra vio nacer uno de los fenómenos de El Niño más intensos del registro. Este 2023 veremos otro similar que podría llegar a ser igual o más intenso que el de hace 41 años”, advierte Mario Picazo en su perfil de Twitter.
Y coincide con Martín al explicar la “gran diferencia” entre uno y otro: que el de ahora llega a aguas bastante más cálidas que hace cuatro décadas. “Comparando mapas del 11 de junio de entonces y de hoy”, vemos que “hoy todos los océanos están muchísimo más cálidos”. En los mapas de 1982 y de 2023 difundidos por Picazo, se ven las anomalías de temperatura en los océanos que había antes y ahora. Juzguen ustedes mismos.
Ayer mismo les hablábamos del inédito calentamiento que está registrando el Atlántico Norte este año. Es un caso excepcional. “Lo del Atlántico es único, yo no lo había visto en toda mi vida profesional”, confiesa Martín a NIUS. Pero el hecho es que los océanos, en general, están batiendo récords de temperatura. Y eso “tiene un GRAN impacto en el clima del planeta y las especies que lo habitan, incluyendo la humana”, advierte Picazo.
Pero ¿cuáles pueden ser los efectos de un Niño fuerte o muy fuerte en nuestras latitudes?
Lo que hace El Niño es calentar el agua del mar, al contrario de La Niña, que la enfría. “El Niño introduce un aumento de 0,1-0,2 grados en la temperatura media global. La Niña hace lo contrario”. Lo explica Martín. Son fenómenos que se producen en las aguas superficiales del Pacífico ecuatorial, central y oriental. Y lo habitual es que se alternen, cada 2 a 7 años, como explica la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU.) "El Niño provoca una subida anómala de la temperatura del agua del mar, y esas aguas cálidas repercuten en ciertos patrones climáticos a nivel global”.
En relación con España, Martín explica que "en principio, un Niño normal o moderado tiene pocas implicaciones directas sobre nuestras latitudes”. Porque hablamos de un fenómeno que se genera en el Pacífico, y “sus efectos se notan, sobre todo, en las zonas tropicales”. En esta web de la NOAA pueden ver cómo ha sido su evolución de enero a junio.
Pero si El Niño es tan fuerte como se prevé, entonces la cosa cambia. “Hay dudas razonables de que pueda influir en los patrones atmosféricos que controlan el tiempo en España”. Puede hacerlo. Aunque, a día de hoy, Martín confiesa que se siente “incapaz de decir si va a influir o no en el clima en España”. ¿Por qué? Porque “no hay precedentes” de un fenómeno de El Niño con estas condiciones atmosféricas.
Este año, llega a “mares y océanos muy cálidos, con el hielo marino ártico y antártico en niveles muy muy bajos… es decir, hay otros factores que harán que este Niño sea único”, explica Martín. “Cada fenómeno de El Niño es diferente y único, porque las circunstancias en el mundo son diferentes y únicas”.
Sí está claro que “un Niño fuerte o muy fuerte genera que el mundo, globalmente, tenga temperaturas más altas de lo normal”. Pero sus efectos locales son más difíciles de predecir. En estas latitudes “hay otros factores meteorológicos que influyen y que tienen más peso. A medida que nos alejamos de los trópicos y de esa ‘caldera caliente’ que es El Niño, sus efectos se diluyen mucho. Y entran otros actores meteorológicos en juego, como la corriente del chorro o el vórtice polar de invierno”.
Sus efectos, en cualquier caso, se notarán más a partir del otoño y el invierno de este año, y durante 2024. La propia NOAA advierte de que hay que vigilar su evolución y actualizar sus predicciones, porque todo apunta a que El Niño seguirá fortaleciéndose con el paso de los meses. “Las condiciones de El Niño están presentes y se espera que se fortalezcan gradualmente en el invierno del Hemisferio Norte de 2023-24”.