Siete agentes resultaron heridos consecuencia de los golpes recibidos por los cuatro miembros de una familia cuya madre había llamado minutos antes a la Policía alegando que estaba siendo maltratada.
Todo comenzó sobre las 2:15 horas del 6 de mayo cuando la Sala 091 recibió la llamada de una mujer solicitando ayuda porque había tenido una discusión con su pareja y podía ser maltratada, pero la llamada se cortó de forma inesperada.
Ante esta situación, hasta el domicilio de la pareja, situado en la calle San Claudio, en el vallecano barrio de Palomeras Sureste, se desplazaron cuatro agentes. A su llegada, les abrió la mujer, española de origen peruano de 51 años, que reconoció que se había comunicado con ellos. Estaba nerviosa y poco colaboradora, señalan.
Entonces, mientras le preguntaban qué había sucedido, apareció en la escena en actitud "hostil y violenta" su marido, peruano de 57 años, que se escondía las manos y se negaba a ser identificado. Además, la vivienda estaba revuelta y con objetos esparcidos por el suelo. Los funcionarios le pidieron que enseñara las manos, para evitar que llevara algún arma en ellas, momento en el que el hombre quiso cerrar la puerta de repente.
Los agentes se lo impidieron y entraron al domicilio "para asegurar la integridad de la mujer", han detallado las mismas fuentes, que relatan que a continuación el supuesto maltratador se abalanzó sobre ellos, haciendo ademán de arrebatarles las armas. Por todo ello, intentaron reducirlo, pero el individuo la emprendió a golpes y puñetazos contra ellos, llegando a romper un espejo situado a la entrada de la casa.
Entonces, salieron de sus habitaciones los dos hijos de la pareja, de 25 y 32 años, que sujetaron a su padre para que no fueran detenido. Además, uno de ellos arrebató la defensa extensible a uno de los agentes mientras el otro grababa con un teléfono lo ocurrido.
Todos los miembros de la familia, incluida la mujer, empezaron a gritar y a golpear a los agentes, arrojándoles objetos contundentes. Ante esta situación, los policías solicitaron apoyo de compañeros. A su llegada, intentaron reducir de nuevo al padre, pero en ese momento por sorpresa uno de los hijos hizo un placaje a unos de los funcionarios, que cayó al suelo, "donde siguió siendo golpeado". Todo ello le provocó un latigazo cervical, erosiones por el rostro, herida sangrante y desgarro del uniforme.
Gracias a la llegada de más agentes, también municipales, lograron arrestar a los cuatro miembros de la familia, que están acusados de atentado contra la autoridad y lesiones. El padre, además, tiene antecedentes por malos tratos en el ámbito familiar de 2021. Los siete policías heridos tuvieron que ser atendidos en centros sanitarios y algunos cursaron baja.
La versión policial contrasta radicalmente por la ofrecida por la familia, que aseguran que ellos fueron las víctimas de la intervención policial y no al contrario. Según han explicado el padre, tuvo una discusión con su mujer porque había llegado tarde a casa y ella llamó a la Policía solo "para asustarlo y para que durmiera ese día en el sofá".
El abogado de la familia ha explicado al diario 'El Español' que la Policía accedió a piso sin permiso y sin delito flagrante, por lo que se podría desprender un delito de allanamiento de morada. "La actuación de los agentes fue totalmente desproporcionada. En el vídeo se ve cómo golpean con sus defensas en la cabeza de mis clientes y es una medida fuera de lugar ante la situación que se estaba viviendo en el interior de la vivienda", relata el penalista.
Además, adelanta que interpondrá una denuncia contra los policías actuantes no solo por allanamiento de morada, sino también por lesiones, ya que la madre tuvo que ponerse un collarín por los supuestos golpes lanzados por los agentes y uno de los hijos sufrió heridas en un también. Y también les acusaron de trato degradante, pues trasladaron a sus defendidos a los calabozos "de una forma inhumana".
Ahora será la Justicia la que determine lo sucedido. Hay una causa ya abierta por parte del Juzgado de Instrucción número 27 de Madrid, al que pasaron a disposición judicial el día 7 tras pasar la noche en comisaría. El magistrado decretó para los cuatro libertad a la espera de juicio acusados de un delito de desobediencia a la autoridad. Ahora sus abogados les defenderán y pondrá una denuncia contra los agentes.