Hasta ahora eran impenetrables y hasta a los propios expertos les ha sorprendido, por eso las imágenes de los primeros pasos por el interior de los nuevos tubos volcánicos formados en La Palma tras la erupción del Cumbre Vieja tienen un valor excepcional.
Por primera vez, especialistas del Equipo de Espeleología Volcánica, el Instituto Geológico y Minero de España y el CSIC se han adentrado por uno de esos ‘laberintos’ en los que creen que podría haberse formado el mayor tubo lávico de las islas.
“Llevamos desde hace un año entrando en galerías más pequeñas, más superficiales, pero una de las cosas más importantes aquí es que hemos conseguido localizar una zona concreta de un tubo volcánico, –ya de los importantes–, que por las características de ventilación que tienen sus bocas, y efectos como el ‘efecto Venturi’, nos permite estar en unas zonas del tubo que están a una temperatura más o menos baja. Hasta a 60 grados nos podemos mover los espeleólogos, pero digamos que tenemos bastantes zonas a 30 o 40 grados, y no esperábamos eso hasta dentro de, por lo menos, dos años o más después de acabar la erupción. Es decir, tenemos un tramo de tubo con unas ‘zonas refugio’, por así llamarla, donde podemos estar, y a pocos metros de nosotros estar viendo el infierno; estar viendo un tramo de tubo a 200 o 400 grados”, explican a Informativos Telecinco.
“En la zona donde nosotros nos movemos la ventilación de las varias bocas que tiene el tubo permiten que esa zona del tubo se haya refrigerado ya. Es importante que esto no genere confusiones. Es decir, lo que está frío es el conducto por el que nosotros nos movemos. Las paredes están calientes, y la roca que está por fuera de esas paredes está mucho más caliente. Es el conducto lo que se refrigera por la entrada del aire exterior”, precisa.
De este modo, es imposible tocar algunos sitios, mientras a partir de determinados puntos es imposible avanzar más. Así se aprecia también en las imágenes térmicas compartidas, en las que se ve cómo aunque ellos caminan por zonas frías, el techo que tienen encima “está a más de 200 grados”.
Concretamente, esta parte del tubo que han podido recorrer, dando los primeros pasos, forma parte de uno de los niveles superiores y “laberínticos” que se originaron “a finales de noviembre de 2021”.
Específicamente, este tubo volcánico fluyó “desde las inmediaciones de Montaña Rajada hacia la zona donde se ubicaba Todoque”. Además, “hay otro sistema muy importante en ese nivel superior que fluyó hacia la zona donde se ubicaba La Laguna”.
Al caminar por su interior, por ese terreno irregular, la sensación de los especialistas es como la de sentirse dentro de un horno: “Dentro de los tubos volcánicos no hay gas. A estas alturas lo que hay es aire caliente. Te vienes a sentir como dentro de un horno a una cierta temperatura. Respirar res ligeramente diferente. El aire está cocido, por así decirlo. Te deshidrata mucho, te desgasta mucho, pero no es muy diferente a la de un día de calor muy fuerte en un desierto muy seco”, explican.
Por el momento solo han podido avanzar “unos 80 metros” por el bautizado como ‘Tubo Rojo’, pero los primeros pasos constituyen un gran avance en la investigación.
Se cree que el tubo lávico más profundo, de grandes dimensiones, puede llegar hasta el mar. De ser así, se convertiría en el mayor tubo lávico de Canarias.