Un tercio de todos los cánceres que se producen son por culpa del tabaco. Fumar mata cada año en España a más de 50.000 personas. Su tratamiento cuesta al sistema sanitario español 7.700 millones de euros. 8,6 millones de personas fuman a diario en nuestro país. Nadie dudad a estas alturas de que el tabaquismo es un problema médico colosal.
Precisamente, el ministro de Sanidad, José Miñones, hacía un llamamiento este miércoles para seguir trabajando a favor de una generación libre de humo. Lo hacía en la novena Conferencia Europea Tabaco o Salud, el mayor encuentro internacional sobre tabaquismo y salud tras la pandemia.
Su petición se enmarca dentro de uno de los propósitos de la Unión Europea para conseguir que a partir 2030 la prevalencia de consumo de tabaco por debajo del 10% de la población en 2030.
Pero pocos países miembros (hay excepciones) están haciendo los suficientes esfuerzos para conseguirlo. Tampoco España. A pesar de que ya existe un borrador del Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo, el documento lleva meses instalado en el limbo, sin que el Ministerio de Sanidad haya dado un paso al frente definitivo.
Este plan iba a ser el germen de la futura ley antitabaco, que debería aprobarse en esta legislatura. Todo apunta a que no será así, y eso a pesar de que las leyes contra el tabaquismo de 2005 y de 2010 dieron un enorme impulso al control del tabaquismo en España. Lo que significa que las restricciones funcionan, aunque luego estas caídas en los porcentajes de fumadores tiendan a estancarse. Mientras en 2009, había un 26,2% de personas mayores de 15 años que fumaba a diario, la cifra bajó hasta un 19,8% en 2020, según la Encuesta Europea de Salud.
Países como Reino Unido, Dinamarca o Nueva Zelanda sí han planteado medidas dirigidas a conseguir generaciones futuras que no hayan probado dar una calada a un cigarrillo a costa de prohibirles la compra de tabaco a partir de que hayan nacido en un año determinado. De hecho, en Nueva Zelanda esto ya es una realidad: los nacidos después del 1 de enero de 2009 no podrán comprar tabaco legalmente nunca.
En España todavía se está lejos de tomar medidas semejantes a pesar de que los adolescentes se inician, de media, en el consumo de tabaco a los 16 años y medio, una edad que se ha mantenido estable en los últimos 10, según la encuesta EDADES del Plan Nacional sobre Drogas. Los expertos aseguran que cuanto menor es la edad de inicio en el consumo, mayor a la larga es la adicción a la nicotina.
También aquí en España diferentes sociedades científicas médicas han reclamado que la generación nacida a partir del 2010 no pueda comprar tabaco cuando cumplan 18 (edad legal actualmente para hacerlo). De hecho, hay una iniciativa para recoger firmas con la idea de llevar esta propuesta ante las instituciones europeas.
“El objetivo de Sanidad de trabajar a favor de una generación libre de humo implica ponerse a hacer cosas lo antes posible”, señala Josep María Suelves, portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS). “Lo que haría falta es que España, a través del impulso internacional o por propia iniciativa, incorporara algunas medidas que se vienen reclamando desde las distintas sociedades científicas de la salud”, añade.
Subir el impuesto del tabaco y, por tanto, su precio es una de las ideas que se plantea siempre en cualquier debate para reducir el tabaquismo. En España el gravamen del tabaco (un 79% del precio final) está en la media de la Unión Europea. Sin embargo, en otros países como en Francia supones el 84%, y en el Reino Unido, el 91%. “Aquí un paquete de cigarrillos es notablemente más barato que en los países de nuestro entorno y, como consecuencia, este fácil acceso contribuye a que muchos fumadores sigan fumando y a que los adolescentes empiecen a hacerlo antes de alcanzar la mayoría de edad”, apunta Suelves.
Hace dos semanas, Sanidad sacó a consulta pública previa un proyecto de Real Decreto de 2017 para introducir el empaquetado genérico de las cajetillas de tabaco. El paquete neutro de cigarrillos ayuda a hacerlo menos atractivo, algo esencial para los adolescentes que todavía no han comenzado a fumar. “Sería muy conveniente que en España tuviésemos paquetes de tabaco que no fueran diseñados de manera atractiva por marcas comerciales, sino que fueran planos, sin distintivos especiales, como ya sucede en países como Francia, Reino Unido o Dinamarca o en uno pionero como Nueva Zelanda”, señala el portavoz de SESPAS.
La prohibición de fumar en terrazas y otros espacios al aire libre donde haya una gran afluencia de público, como estadios de futbol, de tenis, de atletismo o plazas de toros, así como en terrazas de bares y restaurantes es, quizás, una de las medidas más demandada, pero también la que más ampollas levanta. Para empezar, supondría un nuevo choque del Ejecutivo central contra el sector de la hostelería, uno por los más damnificados por la pandemia.
"Tanto el humo del tabaco como del vapeo se asocia en no fumadores a un aumento de enfermedades respiratorias y cardiovaculares, sobre todo, en aquella población más expuesta, como los trabajadores de la hostelería", explica Carlos Rábade, coordinador del área de tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica. "El peligro de fumar en una terraza se debe a que son lugarres donde se acumula una gran concentración de fumadores y donde se pasa mucho tiempo", añade.
Suelves insiste: “España prohibió fumar en espacios públicos privados en 2011 y sería muy conveniente que siguiera avanzando en nuevos espacios al aire libre que compartimos, como en algunos tan sensibles como los accesos exteriores a centros educativos o sociosanitarios”.
Regular vapeadores y cigarrillos electrónicos de la misma manera que al tabaco es otra de las medidas incluidas en el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo, pendiente por llevar a cabo. “Regular estos productos seguramente contribuiría a que los adolescentes no se iniciaran en el consumo de tabaco por haber comenzado a través del acceso a estos productos más nuevos o más glamurosos, que pueden tener aromatizantes. En el caso del tabaco ya están prohibidos, precisamente, para no atraer a los más jóvenes”, explica Suelves.
La actual ley antitabaco se aprobó en 2010, y fue una reforma de la de 2005. Ahora en lo que trabaja el Ministerio de Sanidad es en modificar la ley aprobada en 2010. Según el ministerio, los trabajos técnicos del Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo han finalizado. La duda es por qué a estas alturas todavía no se le ha dado luz verde.