Después de la pandemia del coronavirus, en 2022 muchos aeropuertos volvieron a la normalidad pero muchos de ellos no recuperaron la misma calidad que tenían antes, según advierte la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) a partir de los datos de una encuesta que recoge la experiencia de 19.746 pasajeros de 11 países con 68 aeropuertos, los que suman más de 5 millones de pasajeros al año y todos los españoles. En este caso, el aeropuerto de Ibiza ha resultado, según la encuesta, uno de los peores de España.
La isla, que recientemente ha acogido una denuncia por abuso de una joven, parece no tener las mejores prestaciones o facilidades en su aeropuerto.
El aeropuerto de El Cairo es comúnmente criticado por las eternas colas de pasaporte y por tener las terminales con peor oferta en tiendas y restauración; el aeropuerto Lisboa-Portela es conocido por las esperas medias de 29 minutos para recoger el equipaje, algo que no satisface a los usuarios; el de Hamburgo se distingue, negativamente, por sus extensas colas en los controles de acceso que hacen que más de un pasajero de marcha atrás. Los aeropuertos París-Orly y Londres-Stansted pecan de lo mismo que los anteriores, pero en el aeropuerto de Ibiza se penalizan las dificultades de transporte hasta el aeropuerto, además de la espera de las maletas que ronda los 19 minutos desde el momento en que el pasajero llega a la cinta de recogida hasta que finalmente puede cogerlas.
Al contrario que los aeropuertos previamente mencionados, hay otros que tienen valoraciones excelentes por parte de los usuarios encabezado por Dubai, seguido de Zürich, Munich, Helsinki y Doha. El resto de los aeropuertos españoles obtienen también buenas valoraciones en general, especialmente el de Santander. Tras él, los de Alicante, Fuerteventura, Lanzarote, Gran Canaria y Barcelona-El Prat. Aunque a este último le lastra el tiempo de espera para el control de seguridad, así como las esperas para el equipaje: 26 minutos de media.
El aeropuerto de Madrid resulta ligeramente peor valorado que el de Barcelona, aunque le supera en su facilidad para llegar hasta él desde la capital. Otros aspectos mejorables en la mayoría de los aeródromos nacionales son las dificultades para encontrar puntos de recarga para los dispositivos electrónicos, así como la disponibilidad y el funcionamiento de la red wifi.