Un policía nacional de 56 años ha muerto este miércoles tras protagonizar un tiroteo en una gasolinera de Villagonzalo Pedernales, en Burgos. El agente, destinado en Galicia, estaba siendo investigado por asuntos internos, estaba de baja psicológica y se le había retirado el arma. Sin embargo, en la víspera acudió a la comisaría coruñesa de Lonzas en la que estaba destinado para realizar un trámite administrativo, fue a los vestuarios y sustrajo el arma de un compañero. Por ello, se puso en marcha un "amplio dispositivo" que terminó en el enfrentamiento de este hombre con otros agentes. Al disparar contra las autoridades, ha acabado siendo abatido. Hay una investigación abierta bajo secreto de sumario, según han explicado a Informativos Telecinco.
El policía, natural de Ferrol, estaba de baja psicológica y desde este martes, 18 de abril, había pasado a segunda actividad "por insuficiencia de aptitudes psicofísicas", una situación, no obstante, que estaba pendiente de notificar. Según los informes, este varón había sido detenido el pasado mes de marzo en un caso de narcotráfico en el área de Ferrol y, durante la operación, se le localizó otro arma que no era la suya reglamentaria.
La gasolinera en la que se ha producido el tiroteo, a la entrada de Villagonzalo Pedernales:
El agente destinado en A Coruña, que tuvo un breve paso profesional por Canarias, fue arrestado el pasado 24 de marzo en una operación de la Policía Nacional contra el narcotráfico en Valdoviño, en la que se investigaba el tráfico de cocaína rosa -una droga sintética- y en la que hubo un total de cinco detenciones. En el caso acabaron tres personas en prisión provisional comunicada y sin fianza, otra en prisión eludible con pago de fianza, que no ha abonado, y una quinta, el policía nacional fallecido, en libertad con cargos.
Durante la operación, se le practicó un registro domiciliario en el que no se encontró droga, pero sí un arma que no era la suya reglamentaria, por lo que no se acordó ninguna medida cautelar porque no existían indicios sólidos de su participación en la red de narcotráfico. Estos hechos y su condición de investigado son los que llevaron a su suspensión como policía nacional en activo, con la pérdida de su arma y su paso a segunda actividad.
Por eso ayer tuvo que robar un arma de una taquilla, al no disponer de la suya, con la que se desplazó hasta que fue detenido en Villagonzalo Pedernales, en Burgos, en un dispositivo conjunto de la Policía Nacional y la Guardia Civil, que acabó en el tiroteo que le ha segado la vida. Precisamente, ante la comisaría, el portavoz del Sindicato Unificado de Policía (SUP) en Galicia, Roberto González, ha comparecido ante los medios de comunicación para "lamentar lo sucedido" en "un día triste para la Policía Nacional", si bien ha felicitado a los compañeros la rápida investigación que logró que "no sucediese nada más grave".
"Era una persona enferma. Necesitaba un tratamiento y estar respaldada y curarse. No estaba en su sano juicio", ha aclarado. Por eso ha reivindicado la "vigilancia de la salud mental" dentro de la Policía Nacional, aunque ha reconocido que en Galicia ya se ha "avanzado bastante" al contar con una "unidad básica sanitaria", pero cree que es insuficiente. También ha reclamado "la dotación de armeros para que los policías nacionales puedan depositar sus armas" con un sistema de vigilancia a través de cámaras para que las armas estén siempre "seguras", pues en este caso se trató de un arma sustraída la que inició el tiroteo.