No tener pareja estable y sufrir de depresión puede adelantar la enfermedad de Alzheimer hasta cinco años si se tiene predisposición genética. Lo ha comprobado un equipo de varias universidades (Antioquia, Nacional de Colombia y el Centro Médico Universitario Hamburg-Eppendorf en Alemania) tras analizar durante veinte años a portadores de la mutación presenilina 1, E280A, por enfermedad de Alzheimer.
El objetivo principal del estudio fue determinar si había algún factor que pudiera acelerar o retrasar la enfermedad. De este modo se analizó la presencia de síntomas depresivos, años de educación, estado civil, lugar de residencia rural o urbano, o antecedentes médicos.
Los investigadores comprobaron que varios de estos factores era determinante para acelerar la enfermedad.
El Grupo de Neurociencias de la facultad de medicina de la Universidad de Antioquia, estudió a 190 colombianos en un programa de estudio familiar cuyo padre o madre fallecieron por la enfermedad de Alzheimer. Estos pacientes fueron seguidos durante más de 20 años, desde 1995 hasta 2015, observando la edad en la que presentaban algún síntoma de depresión y cuando comenzaban con pérdida de memoria.
Tras analizarlos comprobaron que las personas con alzhéimer portadoras de la mutación E280A de presenilina 1(conocido como mutación paisa) si tienen antecedentes de depresión se deterioran casi el doble de rápido en comparación con aquellas que no presentan depresión.
De hecho, tener síntomas depresivos aceleró la edad de aparición de la demencia entre 3 a 5 años, dependiendo de otros genes implicados. "Este hecho hace que estas personas empeorarán más rápido, necesitando ayuda en todas las actividades de la vida diaria, como hablar, caminar o comer", explican en el estudio..
Por otro lado, comprobaron que el estado civil también parecía estar implicado en esta rápida progresión de la enfermedad. Personas sin pareja estable (solteros, viudos, separados) presentaron deterioro cognitivo 3 años antes en comparación con los que estaban casados o vivían con pareja estable.
Además se comprobó que las mujeres tuvieron una mayor frecuencia y desarrollaron antes síntomas depresivos que los hombres a lo largo de la enfermedad.
"El papel de la depresión en el funcionamiento cerebral se ha relacionado antes, pero la importancia de este estudio ha sido precisamente demostrar que estos síntomas, como la ausencia de una pareja permanente, aceleran principalmente la etapa de demencia, que es la etapa más larga y agotadora para el cuidador y la familia", explica la doctora Natalia Acosta-Baena, primera autora de este estudio. Lo que se pretende ahora es continuar investigando para saber como aplicarlo: "Si se pudiera retrasar un poco esta etapa, contribuiríamos mucho a la calidad de vida del paciente y del cuidador”, añade Acosta-Baena.
Y en ese sentido, los investigadores han encontrado que los individuos que sufrían de tiroides pero tenían tratamiento presentaban demencia posteriormente. La edad se retrasó entre 5 y 9 años, y la muerte entre 4 y 9 años, dependiendo de la presencia de otros genes protectores. Esto podría explicarse porque también se observó que el hipotiroidismo adecuadamente tratado podría prevenir síntomas depresivos tempranos en esta misma población.
A raíz del estudio se abren ahora otras ramas de investigación y tratamientos, porque aunque el alzhéimer hoy por hoy no se cura, si se está viendo cómo se podría retrasar su aparición o sintomatología.
De acuerdo con los datos presentados los investigadores defienden que se podría mitigar el impacto del alzhéimer:
Además los investigadores explican que el seguimiento de todos estos años de familias afectadas con formas hereditarias de la enfermedad de alzhéimer y otras enfermedades que provocan la muerte de las neuronas ha sido fundamental para entender las causas, la evolución esperada de la enfermedad y sus desencadenantes para encontrar algún día soluciones a prevenirlos o curarlos, por eso animan a los familiares y enfermos de esta enfermedad a colaborar para combatir juntos esta dolencia.
El alzhéimer es una enfermedad neurodegenerativa caracterizada por la pérdida y muerte de neuronas, afectando la capacidad de memorizar, comportarse socialmente y valerse por uno mismo.
De acuerdo con los expertos se puede dividir en tres etapas sucesivas de progresión:
Esta última etapa es cuando se produce la discapacidad y dependencia y llega finalmente la muerte.
Se considera que la edad es el principal factor de riesgo para padecer la enfermedad, a que afecta entre un 5 y un 10% de los adultos mayores de 65 años, cifras que se duplican cada 5 años hasta alcanzar una prevalencia de aproximadamente el 50% en la población mayor de 85 años.
Para evitarlo investigadores de todo el mundo llevan años analizándola. Desde las causas hasta los tratamientos o diagnóstico. Y los avances están siendo considerables.
Un prometedor estudio consideran que la causa del alzhéimer podría depender de la bajada de los niveles de la proteína beta-amiloide en el cerebro. Se comprobó que, con un nivel inicial de beta amiloide soluble en el cerebro superior a 270 picogramos por mililitro, las personas pueden permanecer cognitivamente normales, independientemente de la cantidad de placas de amiloide en sus cerebros. Una investigación que podría revolucionar la manera de cuestionar la enfermedad.
En el campo del diagnóstico es importante que se detecte cuanto antes para poder actuar a tiempo y por eso se considera otro gran avance el anuncio de que se pueda detectar con un análisis de sangre específico.
Además un nuevo fármaco que encoge el cerebro y que ha presentado prometedores resultados en las pruebas, podría ser aprobado pronto por la agencia europea del medicamento, tras recibir varios informes favorables.
Son pequeños grandes pasos que, junto con los resultados de este estudio sobre cómo afecta la depresión o el estado civil, pueden ayudar a combatir una enfermedad de la que cada año se diagnostican unos 10 millones de nuevos pacientes.