El código de barras de los productos cumplió este lunes su 50 aniversario, evolucionando a nuevos códigos, pero sin perder su función de aportar información tanto a las empresas como a los consumidores.
Un símbolo que fue creado en 1973 por directivos de las principales empresas de la industria y distribución alimentaria en Estados Unidos que se reunieron para escoger el código que serviría para identificar los productos en las tiendas.
En concreto, el diseño ganador constaba de barras de diferentes grosores y un número identificativo, que aportaba información sobre los artículos mediante la lectura con un escáner, según informa Aecoc.
Una innovación que fue valorada por la BBC como "uno de los 50 inventos que han creado la economía contemporánea" y que en la actualidad está presente en 1.000 millones de productos de todo el mundo, se escanea más de 6.000 millones de veces al día y lo utilizan más de dos millones de empresas.
Gracias a los estándares globales de GS1 -gestionados en España por Aecoc GS1-Spain- un escaneo conecta un producto físico con información digital que transcurre a lo largo de toda la cadena de suministro. Desde su origen hasta los puntos de venta, el código de barras -y la información que contiene- permite la creación de cadenas de suministro más seguras y transparentes.
De esta forma, los nuevos códigos habilitan a los ciudadanos el poder tomar decisiones de compra con mucha más información.
Además de aportar transparencia e información a empresas y consumidores, los códigos de barras garantizan la eficiencia en los procesos de la cadena, con el consecuente ahorro de costes, ya que su uso minimiza hasta en un 80% los errores en catálogo y reduce en un 60% los recursos destinados al intercambio al intercambio de información entre empresas.
En el canal 'online', incrementa hasta un 20% las ratios de conversión y ayuda a aumentar las ventas digitales hasta un 10%, según los casos de estudio analizados por GS1.
De esta forma, 50 años después de su creación, las nuevas generaciones de códigos de barras -como los QR de dos dimensiones- están provocando nuevas transformaciones en el comercio y en la forma en que los consumidores consumen.
Los nuevos códigos disponen de una capacidad de almacenamiento de información fiable sin precedentes y disponible para las empresas, legisladores, consumidores y pacientes del ámbito sanitario.
En la actualidad, su escaneo cuenta la 'historia' detrás de cada producto: de dónde viene, si contiene alérgenos, si es orgánico, cómo debe reciclarse, cuál es su huella de carbono... Este nuevo nivel de transparencia permite a los ciudadanos tomar decisiones de compra con mucha más información.
A finales de 2020, GS1 lanzó una iniciativa global para activar la transición del código de barras tradicional a las nuevas generaciones. Actualmente, más de 20 países han iniciado sus proyectos piloto.
En España, el uso de los códigos de barras de dos dimensiones ya ha demostrado su capacidad para mejorar cuestiones estratégicas como la identificación única de artículos en tiempo real, incrementar los parámetros de seguridad alimentaria o reducir el desperdicio alimentario, entre otras cuestiones.
"Durante 50 años hemos visto cómo el código de barras ha transformado la economía y la vida de los propios consumidores. Actualmente, los ciudadanos reclaman más información sobre los productos y las empresas necesitan más datos para ser más eficientes y lograr ser más sostenibles desde el punto de vista económico, social y medioambiental y el código de barras es un gran instrumento para hacerlo", ha explicado el director de GS1 Spain/Aecoc, Pere Rosell.