Una semana después de la llegada a España de un nuevo narcosubmarino a la Ría de Arousa en el que podrían haber colado en España unos 5.000 kilos de cocaína, se produce la detención de 12 narcoconstructores colombianos responsables de vender sumergibles a los narcos españoles.
La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil con las fuerzas especiales de la Armada de Colombia y del Ejército Nacional entran en las viviendas. Entre ellos está 'el Pulga' e Iván: los dos cabecillas dirigieron la construcción del narcosubmarino que llegó a España en 2019 a la Ría de Aldán con 3.000 kilos de cocaína y otros tres submarinos interceptados en el Pacífico.
Además de ser enlaces internacionales para la construcción de semisumergibles, con ellos -el 'Pulga' e Iván- cae Bernardo, encargado de la parte financiera y de la comercialización de cocaína con estructuras narcotraficantes en Europa y Centroamérica.
La operación simultánea se desarrolla en la ciudad de Santiago de Cali y en el Distrito Especial de Buenaventura, en el Valle del Cauca; y en el municipio de Santander de Quilichao en el departamento de Cauca. La organización de narcotraficantes desarticulada es especialista y pionera en la construcción de semisumergibles para transportar clorhidrato de cocaína hacia Centroamérica y Europa, especialmente hacia puertos españoles.
También envían a la costa Atlántica, a Brasil y Guyana. Coordinaban la logística para trasladar su estructura de construcción hacia zonas costeras en en el Amazonas, en Cauca y Nariño, donde instalaban sus astilleros clandestinos para la construcción de submarinos al servicio de diferentes organizaciones de narcotráfico.Tapados en chamizos mientras los construyen en fibra de vidrio, cuando los han terminado, los botan por la desembocadura para llegar al mar, y recoger la carga.
Valorados en dos millones de euros, son de un solo uso. Atraviesan el océano en una travesía casi suicida y cuando alcanzado su objetivo, llevan unas válvulas ya preparadas para hundirlos y hacerlos desparecer. Los hallazgos en la costa gallega han sido fundamentales para encontrar huella y restos biológicos para desarticular las organizaciones de narcotraficantes y narconstructores.