Un equipo de Informativos Telecinco accede al interior del semisumergible decomisado en Málaga hace 15 días. Podría parecer una carroza de cabalgata o una atracción de feria. No parece, ni mucho menos, lo que es: un narcosubmarino, un impresionante ejemplo del poder de los narcotraficantes, capaces de adaptar la ingeniería naval al servicio del tráfico de drogas. Y es el primero que se detecta aquí, en España. Una preocupante advertencia de la ilimitada capacidad de recursos de la que disponen los narcotraficantes.
La embarcación está sin estrenar, aún en fase de preparación. Tan solo le faltan los últimos retoques. Aún huele a pintura, a ese intenso azul que les ayudará a camuflarse dentro del mar. Pertenece a una peligrosa organización con raíces en Holanda y en la Costa del Sol, desarticulada por los agentes del Grupo de Respuesta Especial contra el Crimen Organizado de la Policía Nacional tras meses de investigación.
Desde 1993 y hasta ahora, la policía ha decomisado unos 40 narcosubmarinos en todo el mundo, la mayoría construidos en astilleros clandestinos ocultos en la selva, en Sudamérica. Pero esta vez, este ha sido construido aquí, en la Costa del Sol, un territorio estratégico para los narcotraficantes, cerca de Marruecos pero también de las rutas marítimas internacionales que pasan por Canarias, a donde navegaría vacío. Para tratar de burlar al Sistema de Vigilancia Exterior, simularía ser un yate. Por eso, la cubierta, está forrada con una imitación a madera. También le habían instalado un toldo, para que desde el cielo se parezca a una embarcación de recreo.
Una vez hecho el trasbordo de carga en alta mar, desde un mercante o un pesquero, regresarían al Estrecho semisumergidos. Los tripulantes tendrían que pasar esta travesía encerrados en su claustrofóbico anterior, turnándose para pilotar y descansar. Una peligrosa travesía en la que se juegan la vida, y por la que podrían recibir entre 80.000 y 100.000 euros, en el mejor de los casos.
Un narcosubmarino construido para ser usado tan solo una vez, con una inversión de un millón de euros. Pero el beneficio de traer a Europa las 2 toneladas de cocaína que caben en su interior superaría los 70 millones de euros.