Una mujer de Illinois, ha sido testigo de un macabro descubrimiento. Jennifer Maedge, encontró los restos momificados de su esposo, el cual había desaparecido hace ocho meses, en un armario de su casa el pasado diciembre. Maedge, estaba buscando por su casa los adornos de Navidad, llevándose la sorpresa de que en uno de ellos estaba el cuerpo sin vida de su esposo, Richard Maedge, quien tenía 53 años. "Decidí poner el árbol de Navidad, y estaba buscando una bolsa de adornos navideños. Fue entonces cuando lo descubrí", dijo Jennifer Maedge al medio St. Louis Post-Dispatch.
Según señaló el medio británico Daily Mail, antes del macabro encuentro, la esposa acudió a las dependencia de la Policía de Troy para que diesen con su marido desaparecido hasta en dos ocasiones. La Policía, incluso llegó a revisar el domicilio de la pareja en busca de pistas del posible paradero del hombre, pero no consiguieron averiguar nada. La última información que recibió la familia era que Richard les comunicó que saldría temprano del trabajo, pero desde entonces, y hasta ahora, no supieron nada más de él.
Durante las visitas, según informa el citado medio, los agentes detectaron un olor semejante al de una "alcantarilla" dentro de la casa, pero no pudieron imaginarse que se trataba del cuerpo descomponiéndose de Richard, ya que durante las visitas pudieron comprobar que la familia guardaba cosas de forma compulsiva en su hogar. Un olor que incluso despistó a los perros rastreadores en su segunda visita a la vivienda.
Marilyn Toliver, hermana de Richard Maedge, indicó a St. Louis Post-Dispatch que no puede entender como agentes inspeccionaron la vivienda en tres ocasiones por el olor que se desprendía en la vivienda y no descubrieron el cadáver de su hermano.
Finalmente, un médico forense ha ratificado que el cuerpo sin vida encontrado por la mujer el pasado médico de diciembre se trataba del de su marido Richard. Según han señalado, el hombre habría decidido quitarse la vida, puesto que el cuerpo no presentaba heridas y las autoridades aseguraron que no se trató de un crimen violento.
A pesar de ello, las autoridades del Departamento de Policía de Troy y la Oficina Forense del Condado de Madison, han señalado que el caso todavía sigue abierto e investigado.