Es uno de los retos que no se pueden olvidar este 8-M, en el Día Internacional de la Mujer. La paridad en las tareas del hogar. La pregunta es ¿cuándo alcanzaremos la plena corresponsabilidad de los dos en el hogar para que de verdad seamos dos cabezas de familia?
Nacho Tornel, mediador familiar y de conflictos de pareja desde hace casi 20 años, acaba de publicar RelacionARTE (Editorial Planeta). Hace unos años ya aclaró muchas dudas con EnparejaArte, un libro que señalaba las bases sobre las construir una pareja sólida y, en esta ocasión, se centra en hablar de los agentes externos que rodean a la pareja, y que mal llevados pueden ser origen de conflictos o motivo de ruptura. A lo largo de estos años ha visto cómo la sociedad cambiaba y cómo lo están haciendo las parejas. Y uno de esos elementos claves es compartir las tareas del hogar.
"Vamos por el buen camino, pero aún nos queda un buen trecho por recorrer. Creo que la clave está en que nos creamos de verdad, nosotros y nosotras que la responsabilidad de todo lo que ocurre en casa es cien por cien de los dos. Partiendo de esa base, ella y él decidirán en cada momento del ciclo de vida quién hace qué. Pero independientemente de la atribución de tareas, todas siguen siendo responsabilidad de los dos", dice el experto.
Sin embargo, la última encuesta de empleo del tiempo del Instituto Nacional de Estadística nos sigue diciendo que la mujer dedica por término medio dos horas más al día a la atención del hogar. Lo que nos confirma algo que ya sabíamos y es que hay un desequilibrio en perjuicio de la mujer. Por eso el hombre tiene que seguir avanzando en la valoración de la atención del hogar y de los hijos, entender lo que desgasta y lo poco gratificante que resulta a corto plazo, pero lo fundamental que es para la estabilidad y para la felicidad de nuestra familia y en particular de nuestros hijos. En la medida que él vaya entendiendo esto mejor, asumirá con más alegría ese cien por cien de responsabilidad que también es suyo.
La brecha de género en el hogar se ha reducido tras la pandemia, especialmente en tareas como el cuidado de menores, la limpieza, la colada o pequeñas reparaciones, según un estudio Observatorio Social de la Fundación 'la Caixa'. El informe, elaborado por un equipo liderado por Lídia Farré, de la Universitat de Barcelona, y Libertad González, de la Universitat Pompeu Fabra y BSE, precisa que la brecha de género en el total de horas dedicadas al trabajo remunerado y no remunerado ha descendido, al pasar de un diferencial de 9 horas semanales antes de pandemia a un diferencial de 5 horas en 2022.
En el reparto de tareas domésticas se constata una distribución ligeramente más igualitaria en relación al periodo previo a la pandemia, de manera que, dos años después del confinamiento, los hombres dedican, de media, tres horas más a la semana al cuidado de los menores, y las mujeres, tres horas menos. Hacer la colada, limpiar el hogar y las pequeñas reparaciones son, además, otras tareas en las que más ha disminuido la brecha de género, de acuerdo a las conclusiones del estudio. El documento alude a la mayor exposición a las responsabilidades familiares durante el confinamiento y al aumento de la flexibilidad laboral como posibles causas de esta reducción de la brecha de género.
Pese a ello, las mujeres siguen siendo las principales responsables de las tareas del hogar y de los cuidados domésticos, pues les dedican un 62% de su jornada, frente al 43% que dedican los hombres.
En cuanto al trabajo remunerado, tanto hombres como mujeres han vuelto a un nivel relativamente similar al que tenían antes de la pandemia. En mayo de 2022, los hombres dedicaron 36 horas semanales a sus responsabilidades profesionales, una hora menos que en marzo de 2020. En cambio, las mujeres invirtieron 26 horas semanales a su ocupación laboral, lo que supone una hora más respecto al periodo prepandemia.
El teletrabajo y las jornadas laborales más compactas han facilitado la conciliación familiar, tal como asegura el 90% de las mujeres y el 87% de los hombres que trabajan desde casa al menos un día a la semana. Estas prácticas empresariales más flexibles, junto con la mayor exposición de los hombres a las tareas y cuidados domésticos durante el confinamiento, han favorecido la reducción de la brecha de género en las horas destinadas al trabajo no remunerado, según el estudio.
Nacho Tornel analiza la realidad de la paridad en el trabajo de los hombres y las mujeres en el hogar, una de las grandes batallas que no puede estar opacada en el Día Internacional de la Mujer. Ahí es donde entra el salario, generalmente mayor en el caso de ellos lo que hace que ellas renuncien y apuestan más por la casa. Pero incluso con sueldos mayores, ellas pueden hacer el sacrificio laboral. "No en pocas ocasiones, ella gana más que él pero ella sigue siendo, a priori, la que tiene que hacer esfuerzos y recortes en su jornada para llegar a la atención de su familia. Incluso a veces se da el efecto perverso de que precisamente por ganar más que él, resulta más incómodo que le exija a su pareja que vaya él a esa cita del pediatra, o que recoja en la extra escolar a la niña hoy... como si le estuviera humillando por hacerle responsable de “eso” precisamente porque gana menos".
El experto llama a proscribir por completo el término ayudar cuando se trata de trabajar en casa. "Sigue habiendo hombres que afirman que ayudan en casa. En esos casos, a solas, les explico que si van en coche y ven un vehículo en el arcén y una persona que ha tenido un problema con su coche, entonces él sí que puede decidir que va a ayudar a esa persona. Se detiene y le echa una mano. Eso sí que es ayudar porque ni el coche es tuyo ni el problema es tuyo. Pero en casa, todo es tan suyo como tuyo. Independientemente de lo cansado que estés o de lo mucho o poco que hayas trabajado hoy fuera de casa. Llegas a tu hogar te arremangas y te pones al cien por cien. Afirmar que “yo ya ayudo mucho” es una falta de respeto con ella, como si fuera un favor que le estuviese haciendo", señala.
Puede sorprender pero Wendy es la que hace las cosas porque Peter “no se entera, se satura, es un poco inmaduro... Y lo que parece un gesto de película tiene mucho poso aún. "Sí, sí, también tenemos de eso. Mujeres Wendy que tienen claro que ellas lo hacen mejor antes y más rápido y por lo tanto avanzan y desplazan a Peter que se queda a un lado y que poco a poco se va acomodando y apartando corriendo el peligro de convertirse en un padre periférico. El problema es que Wendy antes o después se va a saturar, se agotará y lo que es peor aún se sentirá sola, muy sola en la atención de los frentes de la casa y de los hijos".
En esos casos qué se puede hacer. El experto considera que hay que ayudar a Wendy "a que aprenda y ejercite con tenacidad la disciplina interior de retirar sus tentáculos para que Peter asuma en plenitud de responsabilidad ciertas tareas que ejecutará de principio a fin sin supervisión de Wendy. A Wendy al principio le costará y tendrá que gestionar la ansiedad que le genere no saber lo que está pasando. Pero poco a poco se dará cuenta de que las cosas salen, aunque sea de otra manera, y de que ella consigue desconectar y descansar más. Todo esto es necesario"
En la sociedad de la imagen, en la que todo lo que se proyecta, por ejemplo en las redes sociales, es gente estupenda en todos los planos de su vida tenemos que frenar. Nadie puede ser la perfecta hija, llegar a lo más alto en tu ámbito profesional, ser la amiga que está siempre ahí, el padre cercano y disponible que conecta con sus hijos, la deportista en plena forma, el protagonista de los saraos sociales… y todo esto al mismo tiempo. Eso "solo te va a llevar a frustrarte y a que se disparen tus niveles de ansiedad.
Un estudio denominado Harvard Development Study, que ha seguido y ha analizado la vida de unas 750 personas a lo largo de 75 años ni más ni menos, para averiguar dónde está la clave de la felicidad de estas personas. Y es precisamente la calidad de sus relaciones personales íntimas y cercanas las que aportan el mayor nivel de felicidad y de salud a la persona. Entre esas relaciones, la de pareja es la más importante.