La Guardia Civil ha retomado en la isla de Mallorca (Baleares) la búsqueda de Malén Ortiz, la menor de 15 años de Calviá que desapareció hace nueve años cerca de Magaluf, cuando se dirigía a casa de su novio. Un equipo de agentes del Instituto Armado ha viajado desde Madrid con el apoyo de perros adiestrados y una exavadora para llevar a cabo la reapertura de las pesquisas en un terreno situado junto a unas cuadras en Sa Porrassa, a apenas un kilómetro de distancia del lugar donde se le perdió la pista a la adolescente. Su familia, no obstante, no está convencida de que estas indagaciones arrojen más luz al caso.
Así lo ha explicado Alejandro Ortiz, el padre de Malén: "Si encontraran ahora algo de mi hija, a tan pocos metros de distancia, probaría que la investigación no se hizo bien. Me parece que todo es un farol, papel mojado. Esto llega nueve años y medio tarde", ha señalado el progenitor, recoge 'Diario de Mallorca'. Él se muestra escéptico ante la posibilidad de que esta reapertura del caso contribuya a esclarecer la desaparición.
Malén Ortiz desapareció la tarde del 2 de diciembre de 2013. La menor salió del instituto y fue a su casa, en Calviá, pero sus padres no estaban. Por ello, decidió ir a casa de su novio a comer. Se subió a un autobús y se apeó en la rotonda de Pirates, en Magaluf. Una vez allí, su intención fue dirigirse hasta la vivienda de su pareja, en Son Ferrer. Un trayecto que, a pie, son unos 40 minutos. Al parecer, hasta tres cámaras de vigilancia tendrían que haber captado a la adolescente con su patinete; en la primera aparecía en el vivero de Sa Porrassa, a mitad de camino; en la segunda, cerca de una gasolinera, aunque la imagen es de escasa resolución; y en la tercera, la que tendría que ser la siguiente, ya no aparece. En 20 minutos no había ya rastro de ella.
La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha reabierto la investigación a un solo kilómetro de donde se vio por última vez a Malén, en un picadero de caballos. La pista que siguen los agentes no es nueva, ya que se sigue el hilo de unos de los principales sospechosos, un hombre de unos 70 años que tenía una caseta en la zona y que ya fue registrada varias veces en 2014, apunta la misma fuente local. Este varón presentaba problemas de salud mental y, poco después de la desaparición de la menor, fue denunciado por insultar a unas chicas. Incluso le interrogaron varias veces, pero no le imputaron por falta de pruebas. Sin embargo, un confidente ha aportado más detalles y es por eso que es vuelve a indagar.
El hombre sospechoso solía merodear por la zona, a muy poca distancia del lugar donde desapareció Malén. Los investigadores consideran que existe la posibilidad de que hubiera podido enterrar algo sin que nadie le viera. El recinto es muy extenso y las excavadoras han trabajado este lunes en varias áreas, junto a los perros adiestrados. Los trabajos se han prolongado durante toda la jornada y continuarán este martes.