Mollie Mulheron, una mujer británica de 24 años, estaba disfrutando de sus vacaciones en las Islas Galápagos (Ecuador), pero comenzó a tener dificultad para respirar y tragar mientras buceaba, síntomas que casi le cuestan la vida. Los médicos del archipiélago ecuatoriano le dijeron que sus síntomas estaban "en su cabeza" y que se había producido debido a que estaba "demasiado estresada". Al tiempo, y ya en su ciudad habitual, volvió a sufrir el pánico de aquellos síntomas. Al ser atendida por el servicio sanitario británico, descubrió que padecía un cáncer en estadio cuatro -un cáncer avanzado-.
Un diagnóstico precoz es fundamental en la lucha contra el cáncer para evitar situaciones límites como las que le tocó vivir a una joven quien fue al hospital por fuertes dolores de cabeza y tenía un cáncer terminal que la mató a las pocas horas. Mulheron estaba disfrutando de unas largas vacaciones, llevaba alrededor de nueve meses fuera de su hogar. Todo había ido bien hasta que durante una inmersión de buceo comenzó a tener dificultades para tragar y respirar. Tras su regreso al Reino Unido, volvió a ser testigo de los mismos síntomas, a los que se sumaron vómitos.
Tras este incidente en un supermercado, la joven fue trasladada a un hospital de urgencias. Allí, los médicos le encontraron un tumor de 15 cm sobre su corazón y pulmones. En concreto, era un linfoma no Hodgkin, el cáncer de sangre más común en adulto, en una etapa avanzada: estadio 4, es decir, cuando comienza a extenderse por todo el cuerpo la metástasis. La joven no se esperaba su diagnóstico, aunque tras el incidente en las islas galápagos era consciente de que algo no funcionaba bien: "Simplemente lloré, grité y grité, fue de la nada, sabía que algo andaba mal, pero no pensé que fuera tan malo", aseguró la joven sobre el momento en el que le diagnosticaron el cáncer, según recoge el diario británico 'Daily Mail'.
Tras la noticia, su mundo se derrumbó por completo. "Todavía no puedo comprenderlo ahora. Cuando me dijeron que le estaba gritando a mi madre sobre mis planes futuros, como que quería ser madre y casarme, todo lo que podía hacer era mirar a la pared para llorar y gritar", afirma Mulheron, que siempre había soñado con ser madre en un futuro. Debido a la agresividad de su cáncer, la joven no pudo someterse al tratamiento de criopreservación para poder quedarse embarazada en un futuro. En cambio, los médicos le dieron una inyección para ponerla en una menopausia temprana temporal con la esperanza de que una vez que terminara la quimioterapia, pudiera concebir.