Una deuda en el pago del suministro de agua de ocho meses acabó con el asesinato de Pilar, la presidenta de una comunidad de vecinos del madrileño barrio de Carabanchel, presuntamente a manos de Marta, la inquilina morosa que vivía al fondo del pasillo de la tercera planta, en el mismo rellano de la víctima. El edificio, con más de una treintena de viviendas, se emplaza en la calle de la Oca de la zona de Vistalegre, un lugar humilde con un importante trasiego de personas que no ha cesado pese al impacto de la trágica noticia, conocida este jueves por los vecinos.
Pilar, a sus 68 años, vivía sola y llevaba unos cinco meses, desde el pasado mes de noviembre, ostentando el cargo de presidenta de una comunidad de vecinos que había llegado a perder el suministro de calefacción central por impagos a la empresa proveedora, según ha contado en declaraciones a EFE Ana, vecina del primer piso.
La nueva presidenta se había propuesto "sanear" todas las cuentas de la comunidad, por lo que había convocado varias reuniones extraordinarias en las que, entre otros asuntos, comentó que Marta, su presunta asesina, le daba "largas" al reclamarle el impago de ocho meses de recibos de agua.
Algunos vecinos no ponen cara a Marta, española de 34 años, ya que, según confirma Ángela, la conserje del edificio, "no hablaba con nadie" pese a llevar casi un año alquilada por unos familiares en el 3ºH, un piso que ahora está precintado por la Policía Nacional ante las sospechas de que el crimen se hubiera producido en su interior.
Pilar vivía sola pero se mensajeaba a diario con sus familiares, quienes se preocuparon el pasado lunes al no tener noticias de ella y, más aún, cuando descubrieron que se había dejado la luz encendida y el móvil dentro de su piso. "Twitter por favor haz tu magia. Mi tía Pilar ha desaparecido esta mañana. Es lúcida, pero en su casa está la luz encendida, el móvil, la cartera, la ropa que se iba a poner sobre la cama y la puerta se ha cerrado como no suele hacerlo", publicaba uno de sus sobrinos en redes sociales el pasado lunes.
Los familiares también denunciaron la desaparición ante la Policía, que conociendo esos datos determinó que se trataba de un caso de riesgo. Los investigadores tomaron declaración a numerosas personas del entorno de Pilar, entre ellas a Ángela, la conserje de la comunidad, quien les relató haber visto a Marta, la presunta asesina, con una maleta muy pesada poco después de la desaparición de la presidenta.
Los vecinos describen a la víctima como una mujer "muy baja y delgada", mientras que la supuesta culpable del crimen es "de complexión fuerte".
El trágico desenlace del caso se produjo 48 horas después, el pasado miércoles, cuando se halló, a falta de confirmación oficial, el cuerpo de Pilar en una escombrera de la localidad toledana de Las Ventas con Peña Aguilera. Según han indicado a EFE fuentes próximas a la investigación, el cadáver no estaba descuartizado, aunque no fue encontrado en su totalidad y estaba calcinado.
Durante el mismo miércoles los agentes del Grupo V de Homicidios de Madrid se hicieron cargo del caso y detuvieron a Marta como la presunta autora del crimen. A tenor de las primeras averiguaciones, la arrestada habría asesinado a Pilar en su piso y habría trasladado el cadáver oculto en una maleta hasta Toledo, donde compró varios bidones de gasolina para tratar de quemar el cuerpo en la escombrera donde lo abandonó.