Los investigadores del caso del asesinato de la niña Desirée Leal, ocurrido en 2019 en Muimenta (Lugo), vieron a Ana Sandamil, madre de la niña y única acusada de los hechos, "muy tranquila" el día del crimen, así como con cierta "actitud defensiva" a la hora de proporcionarles información.
Sin embargo, estas declaraciones no concuerdan con las que han ofrecido los psiquiatras y las psicólogas que atendieron a Ana Sandamil tras el crimen de su propia hija.
Según ha recogido 'La Voz de Galicia', en la jornada del jueves 2 de marzo, los expertos sanitarios han asegurado que la mujer presentaba síntomas extraños que hacían apuntar a que padecía un trastorno psicótico.
La especialista que dio orden de ingresar a Ana Sandamil en el área de psiquiatría del Hospital Universitario Lucus Augusti de Lugo han apuntado que "la madre ingresó porque presentaba unos síntomas extraños, que hacían sospechar de un trastorno psicótico, pero no teníamos ninguna prueba todavía. Al hablar con ella, no me pareció que tuviese ideas alucinatorias o psicóticas. Sobre la muerte de su hija, no me dijo nada relevante. En algún momento, decía que no creía que hubiera muerto, pero en otros se echaba a llorar".
Según la opinión de la experta sanitaria en psiquiatría, la mujer se encontraba en un estado psicótico la noche en la que Desirée murió asesinada: "Esa noche estaba psicótica, sí".
Tras esta declaración, la psiquiatra del hospital de Lugo ha detallado algunos encuentros que tuvo con la paciente durante su ingreso: "Me pareció que tenía síntomas psicóticos, pero no di un diagnóstico claro. Al mes, ya lo tuve más claro y lo plasmé en un informe. En mi opinión, presentaba un trastorno psicótico cuando yo la traté"
Además, la especialista en el ala de psiquiatría ha explicado a los presentes en la sala en qué consiste este tipo de trastorno y cómo puede afectar al paciente que lo sufre: "Un trastorno psicótico es algo continuo, como una depresión, no sucede en un momento concreto. Puedes tener momentos mejores o peores, pero es mantenido en el tiempo".
Como ya se ha apuntado, las declaraciones de las expertas sanitarias no concuerdan con las de los agentes. Durante este miércoles 1 de marzo, comparecían en los juzgados de Lugo varios agentes de la Guardia Civil que participaron en distintas diligencias de investigación relacionadas con este crimen.
Todos los que se desplazaron esa mañana hasta la vivienda en la que ocurrieron los hechos coincidían en declarar que vieron a la madre de la niña "muy tranquila", teniendo en cuenta que acababa de encontrar a su hija de siete años fallecida.
"No me parecía un estado acorde con la situación", comentaba uno de los agentes, para quien Ana Sandamil, que estaba en el sofá del salón de la vivienda "tapada con una manta", no mostraba "signos de alteración".
Otro de los agentes, además, explicaba que la encontró "calmada pero coherente" cuando habló con ella, y que no tuvo sensación de que estuviese fuera de la realidad. "Estaba muy tranquila, muy muy tranquila, calmada", destacaba el guardia civil, que ha contrapuesto su actitud a la de la abuela de Desirée, "muy alterada".